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viernes, 24 de noviembre de 2017

Frenesí de pasión


Frenesí de pasión,
exaltación y delirio por estar junto a ti,
sentirte a mi lado en un arrebato
de entusiasmo y alegría.

¡Qué felicidad es la apoteosis del amor!
Tu fragancia me atrapa,
golpea todos mis sentidos,
me deja llevar por la pasión,
no veo más allá de donde estoy,
se me nubla la vista al mirarte,
mi cuerpo sólo desea fundirse con el tuyo y amarte.

Frenesí de pasión,
me invade una intensa emoción
al estar entre tus brazos,
mis labios buscan con ansia
el antídoto de tus besos.

Necesito colmar el sonido de tus susurros
y poseída estoy
por el delirio con sólo mirar tu figura.

Frenesí de pasión,
el deseo recorre cada rincón de mí,
acaricio tu piel de melocotón,
beso tus labios con sabor a guayaba,
tu cuerpo sabe a fresa y limón
y tu aliento a fruto de la pasión.

Eres una macedonia para mí,
agitas mi interior
con tus dulces miradas de miel
que saboreo poco a poco
para alimentar la pasión de este loco frenesí.

Tu voz ya no es ausencia,
eres el eje de mi intenso amor
y en torrente de ardores
haces que vuelen locas las blancas aspas
apuntando hacia el cielo,
uniendo nuestras manos
en ansias de abrazos y besos intensos.

Frenesí de pasión,
en prolongado vaivén en la semipenumbra
escalamos juntos la hiedra silenciosa.

Enredada entre las ramas de tus bosques
de almendros eres mi dueño,
eres el dueño de mi sendero
de la grama y de la blanca aurora.

Como vías de amor
pasa un aire domado por donceles,
ramas verdes que cercan mi sosiego,
pasó un viento en mis labios
y al volar ha guardado tu nombre en mis joyeles.

Frenesí de pasión,
eres tú el solar que corona mis vientos serenados
y el río donde boga el artificio de tu sol y mis poemas,
mis cánticos de amor unánimes para ti,
dan brillo a mi mirada y mi alma
se entrega plena a todo tu amor.

Frenesí de pasión,
cae el pulso agitado de la sangre
sobre el plato sonoro del silencio,
quema la llama hirsuta de tu frente
como un ave de marfil en primer vuelo.

Frenesí de pasión,
muerta de amor en lecho entibiecido,
pasto de celo en huerto clausurado,
corazón por tus flechas percutido,
así estoy en tus islas encallada
ya que hambrienta de amor soy
una llama que reclama tu abrazo eterno.

¡Qué dicha sin sonrojos
los que por mi rostro titilan
ya que corre por mis venas
el deseo de estar siempre contigo!

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