Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 10 de julio de 2017
Soy del viento
Soy
del viento,
que
en volandas me lleva
a
lugares no esperados por mí.
Mi
rostro petrificado por el viento,
se
torna rígido y frío
pero
por dentro soy feliz
porque
vuelo sin querer hacerlo
por
islas en la playa
con
la arena inundando mi cuerpo.
El
sol enredaba sus hilos
con
el viento cálido
orillando
mis pies desnudos
en
la espuma del mar.
Vientos
y vientos de dos mil otoños,
con
hojas de este, mi bosque inmarcesible,
umbrío
de abedules, cipreses, pinos…
que
quisieron aumentar sus hojarascas
para
envolver mi cuerpo desnudo
con
sus hojas
entre
curvas que las engañan.
Soy
del viento,
sus
flechas del alba
cruzan
por los santos incorpóreos,
no
me hieren,
me
traen vida de colores.
Vientos
míos me empujan
entre
rachas que no atreguan,
es
una navegación del morir,
pero
ansiosa de vida.
Dan
con su fuerza piedras
que
ruedan hacía mí.
Soy
del viento,
no
toco tierra,
liberto
las leyes del contacto,
quedo
como trapecista suspendida.
Me
haces rodar por mundos infinitos
y en
auroras nuevas
me
acaricias con todo tu amor.
Soy
del viento,
no
más tuya,
él
me atrapo entre tus brazos
y
entre saltos me hizo bosquejar por el aire.
Me
hace escribir nuevos alfabetos,
haciendo
y deshaciendo volatines inventados,
rapidísimos,
palabras
que van
de
un trapecio del aire al otro
como
versos elásticos y tendidos
en
cuerdas rotas.
Viento
ilusionista,
embaucador,
inimitable,
mantenedor
del todopoderoso señor Tiempo.
Soy
del viento,
me
entrego a él
con
toda mi pasión,
mi
sensualidad,
mis
pensamientos íntimos
del
amor esperado,
me
hace perderme por calles perdidas
como
reportera del alba.
Me
hace sentir la vida
como
un ensayo sin textos
en
el filo de la madrugada
y
una brisa engañosa adereza con susurros
que
saben a lanzas
el
por qué me rapto
de los
brazos de mi amado.
La vida es un trofeo
La vida es un trofeo,
que vivimos intensamente,
con alegrías y pesares
pero sintiendo la fuerza
que nos empuja a vivir
con deseos de superarnos,
de luchar, de prodigarnos,
de dar amor por doquier,
de escribir poemas
para unirnos en un largo puente
para salvar al mundo del caos
y la destrucción.
La vida es un trofeo
si la vives con pasión,
como recompensa
a todo lo que das
con ilusiones y anhelos.
¡Vida, mereces vivirla a pleno!
entre cálidos perfumes
de jazmines de fina espuma.
Arranco al cristal azul,
mil campanas anunciando
que vivir es recibir la luz del
cielo.
La vida es un trofeo,
entre amores y desamores,
fidelidades, inquietudes,
dolores, sufrimientos,
felicidades,
por todo es un don que recibimos
del más allá y debemos
dignificarlo.
La vida viene de lejos
a despertar el alma
y en el cielo de las aguas,
mis ojos al horizonte lejano
las flechas disparan.
Me siento con una máscara
tapando el rostro
y mi papel aprendido
que me quita los disfraces
y exige razón de la vida
me lleva a vivirla sin trampas.
La vida es un trofeo,
todo cabe entre sus fuertes muros
contra vientos y lluvia
levantados,
las ventanas del miedo y de la
duda
en la paz de mi umbral se han
quebrado.
La vida es un trofeo,
¡qué fácil es vivirla
en las altas cimas del cielo,
con tu mano entrelazada en la
mía!
La vida es un trofeo,
sólo hay que vivirla
y dejar que te viva
entre alturas del mundo
sin sentir la fatiga
de haber subido
como recompensa de vivir amando.
Mi ser en proa,
en velocísimo viento,
atraviesa la vida en segundos,
minutos, horas,
sin que se caigan o destruya
todo lo que deseamos,
nuestros esfuerzos que cuestan
a veces sollozos,
a veces risas
que como hojas secas
te alfombran el paso
convirtiendo los días
en peligros en llamas
al vivirlos con toda intensidad.
Y entre galardones de éxitos,
triunfos, amores milagrosos,
prolongamos el hecho máximo
de amar con la pena
y el pecho conquistados
en afanosas lides,
entre gozos parecidos a juegos,
días, tierras, espacios fabulosos
a la gran disyunción que está
esperando
hermana de la muerte
o muerte misma.
La vida es un trofeo,
medalla que merece recibirse,
cada beso perfecto aparta el
tiempo,
le echa hacia atrás,
ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.
Ni en el llegar, ni en el
hallazgo
tiene el amor su cima,
es en la resistencia, donde se le
siente,
desnudo, altísimo,
temblando en la separación.
La vida es un trofeo,
pleno de laureles, de ilusiones,
de anhelos de vivirla enamorados
de ella.
¿Qué es la vida?
¿Se le coge a puñados
como al mar
o cae sobre nosotros
como el sueño sin despertar ya
más,
igual que la muerte?
Va suelta,
escapada va sin que se sepa
dónde,
si pisando los cielos que miramos
o bajo el techo que es la tierra
nuestra,
inasequible, incierta, eterna…
jugando con nosotros
a vivirla a pleno.
La vida es
La vida es,
mi existir en un sueño hecho realidad,
un himno que canto a cada instante,
una aventura en la que arriesgo todos mis sentimientos.
La vida es un desafío continuo
que enfrento cada día dominando penas,
luchas, tristezas,
envidias;
es un himno que canto con alegría y gozo,
es bienaventuranza que la saboreo
en cada amanecer y en cada crepúsculo.
La vida es puro volar sin hora quieta,
es la salvación por querer salvarnos,
es amor para disfrutar en cada segundo,
en cada instante.
La vida es una mariposa de abril
que revolotea feliz en mi jardín florecido
y ahora en mi otoño fugazmente
miro sus colores brillantes al sol.
La vida es una gota de rocío al amanecer
que se desvanece en el cielo
al mediodía de mi existir.
Cae en lluvia al atardecer
para fundirse con el mar al anochecer.
La vida es color en la música del viento,
leve en extensión pero intensa de dicha y amor
en su breve tiempo en esta reencarnación.
Mantendré con aguas descendidas
por las fieles veredas de mi pecho
el esplendor del alabastro de mi amor
sentido siempre.
La vida es cornisa y ornamento de mi cielo,
sangre del buenamor,
amor callado,
firme hiedra de amor en mí plantada.
Estoy en mi existir soñando semidespierta
en un sol desmayado y en un musgo amaneciendo
y tiendo puentes con mis flechas
bajando sombras de amor a mi tierra.
La vida es también dudas
que ahogan en desazón el pensamiento
y detiene las horas de la espera
en la ramazón elástica del viento.
A cada hora recorre mis sentidos
sin orillas el deseo de ser amada por ti
y un remolino adolescente de primavera
atraviesa mi cuerpo y la estirpe de mis cantos se levanta
y mi sangre convoca la apetencia
de estar entre tus brazos acurrucada.
La vida es amor,
¡bendita sea!,
con felicidad e infelicidad,
es un camino a seguir
con momentos gratos e ingratos
y un destino a cumplir.
Si se aquieta la sangre
o ya niveles desborda consumiéndose
en fuego toda mi piel,
están prontas mis manos
a mi ruego pidiéndote que vengas a mí,
ya que eres tú el solar de mi vivir
coronando los vientos serenados hacia el río
donde bogan los besos no dados de tu sol y mis cánticos
unánimes le dan brillo a mis bienes ya logrados
para que el aire en su vuelo te traiga hacia mí.