Angustia
se me remueve el
alma,
destruyendo mi
corazón en mil pedazos.
Sufrimiento,
opresión,
Y
el llanto aflora como un mar salado
Entrecortado,
a veces reprimido otras.
Angustia
Porque
me ha herido, lastimado,
no
el cuerpo si no el alma
con
críticas severas o indiferencias absolutas.
Bajo
mi piel,
¡qué
viento enloquecido por valles de la sangre
y
sus colinas, me estremecen un rosal de más espinas
que
de fragantes rosas florecido.
El
amor que parecía verdadero
Era
tan solo un aparente resquicio de afecto.
Angustia
ante
las sonrisas vagas que ofrecen
un
espejo al revés de lo que es diáfano y verdadero.
Amor
al prójimo.
Recorro
mis sentidos sin orillas,
dudas
entrelazadas entre hiedras de desprecio,
de
separación, del no querer estar conmigo.
Mi
piel tiembla y la tormenta se vuelca en mi cuerpo.
Hay
minutos en que parece que el firmamento cruje,
se
desquicia y el camino se cubre de tinieblas.
Angustia,
nuestra
alma mustia clama por amor
que
me conduzca al sedero de la fe y la esperanza.
Si
alguna vez la detracción me muerde
con
rampantes odios de culebra,
en
mi desprecio su ponzoña pierde su furia,
gasta
y sus colmillos se quiebran.
Quien
me hirió agote el arsenal de la impostura
y
multiplique sus proyectos ruines,
Mientras
las nubes vuelan en la altura,
Y
se visten de fiesta los jardines.
Todo
asciende.
Soñando
con las flores,
despiértese
la sabia milagrosa
y
sonríe en la gracia de la rosa.
Y
a fuerza de soñar la angustia se desvanece,
El
amor con fuerza y poderío se adentra en mi alma
y
soy feliz al tenerlo conteniendo mis dolores
y
mis decepciones que cobardes
y
falsas quisieron destruirme
pero
no pudieron
te
quiero siempre a mi lado mi amor,
te
necesito, no te alejes mas de mí.
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