Desilusión dolorosa,
de a poco,
despacio,
sutilmente,
inundó mi alma
y con miles de saetas
acrisoladas,
rompió la paz
y el sosiego
de mi alma.
¿Dime tú,
por qué debo sufrir
en cada instante de
mi vida
dando sólo amor por doquier?
¿Cuál es el error
que surge de estos sentimientos
puros y profundos
que me embargan
y me desarman
en flores deshojadas
por la tristeza,
la desilusión,
el desespero?
Como estrellas
fugaces,
en períodos menos esperados
me golpean,
me hieren,
me lastiman.
¡No quiero sentirlos
más!
Mi vida necesita del
amor puro
y límpido,
sin mentiras ni
falsedades.
Desilusión dolorosa,
esos grises tonos oscuros
de tormentas menos esperadas,
los rayos golpean mi
alma
y me dejan agonizante
y temblorosa,
miedos ocultos,
afloran a mi piel
y la verdad inconmensurable
y execrable
surge de improviso,
aquel a quien amamos
con intensidad y
pureza
nos clavó una flecha
envenenada
en pleno corazón
y la sangre dolorosa
junto con la llovizna
de lágrimas
que inundó mi cuerpo
me llevó a momentos
de desasosiego
y desorientación.
¿En qué me equivoqué?
¿Por qué deposité mi fe,
mi esperanza,
mi amor
en quien no lo
merecía?
Éste mi amor puro
se elevó tras el horizonte lejano,
dejando tras de sí,
sólo desilusión
dolorosa.
Quiero encontrar el
camino recto,
verdadero,
duradero
y no fugaz
y falso
donde sea comprendida
en estos mil sabores
amargos y crueles.
Desilusión dolorosa,
apenas en un segundo,
mi espíritu,
que libremente se elevaba
entre las nubes de
algodón
y campos de cipreses,
cayó,
llevándose a su paso
marchitas flores de
azafrán
y floridos vergeles
a la tierra seca,
cenicienta,
rojiza por la ira
y oscura por el
desamor.
Desilusión dolorosa,
fueron tras de mí
rumores falsos,
envidias oscuras,
intrigas traicioneras,
buscando hurgar en mi
alma
para que el
sufrimiento aflorara.
¡No!,
¡no lo permitiré
jamás!
¡Soy libre y feliz
conmigo misma!
Mi espíritu vibra
al compás de música
sincopada
y de palabras,
frases de amor
hilvanadas como perlas de rocío
en un collar sin fin
de caracoles enlazados
por la espuma del
mar.
Desilusión dolorosa,
se que como enigmas
indescifrables
se irán de mi vida,
afrontaré con actitudes enhiestas
y verdaderas
el nuevo sendero
abierto,
florecido,
en el bienestar de un
campo
de amapolas,
abiertos sus pimpollos al cielo azul
y allí te encontraré
a ti,
mi amado nuevo,
que me traerá
en sus manos cálidas
mi nuevo destino.
Desilusión dolorosa,
las esperanzas
renovadas
y límpidas
cerrarán las heridas
abiertas
y el olvido
que se acerca sin ser
llamado
golpeará mi corazón
dejándolo límpido
y claro
como agua que golpea
la tierra con desesperación,
a veces
o con dulzura otras,
sin tristezas sin fin,
ni fríos,
ni grises golpes,
sólo sueños
entre luces de amor
bajo la luz de luna
en el agua
con quietud y calma.
Desilusión dolorosa
que no impida mi vida
intrépida,
de aventuras continuas,
rodeándome como un manto
de aterciopelados
pétalos las ideas,
las frases de amor,
las prosas poéticas
que dan sentido veraz
y feliz
a mi espíritu inquieto
y avasallante,
pleno de ansias
de ser amado y
querido,
sin límites truncos,
ni herrajes oxidados
por el tiempo,
sólo aires tibios y dulces
donde flota mi corazón
entre aromas de pitangas,
mburucuyá en flor,
azahares volando en el viento suave
llevando la buena nueva
de la llegada a mi
vida
emprendida sin sobresaltos
ni fatigas.
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