El viento canta
El viento canta, hace oscilar las ramas
entrecruzadas,
enlazándolas con hilos de seda,
silbando entre las hojas amariverdes,
llevando a todos los rincones del mundo
el mensaje de amor que ternura lleva.
La voz del viento se acuna en el otoño
y se estremece en el invierno
y va descendiendo quieto y apacible en las
almas
que lo esperan ansioso al no tener amor.
El viento canta en una vastedad de ruidos
de blandas nubes grises
y su canto es un ulular susurrante en la
nada de los ecos
se le atreven los rayos y destellantes
en lo alto del retumbo a clavarle los
raudos destellos.
El viento canta con temblores
y las nubes estremecidas de dolor
desde lo alto corren
y a la tierra no llegan desvanecidas en
flecos de lluvia.
Eolo, empuja contra el azul supremo del
cielo a las nubes altas
y su silbido estremece a las almas
enamoradas.
¿Eres tu mi amor que en mi duermevela me
acaricias?.
No, me dice mi amado amante
es el viento que canta y te acaricia y se
desliza a tu lado.
El viento sigue su canto limpio
e irrumpe contra todo a su alrededor,
ahuyentando hasta los pájaros que se
esconden y se anidan
y así continúa su camino,
fluye y fluye por entre bosques,
hasta que de los árboles sólo quedan sus
ramas resquebrajadas
que ya no tejen el bosque con sus hojas
donde se posaba la luz.
Y de pronto, otro viento aviva la llama que
hoy es canto,
canto de amor que arde en la sustancia viva
del poema,
que nos unió más a ti y a mí,
en un acurrucado abrazo
para que el viento
ya
no se inmuscuya más entre tu yo.
“El amor fluye
es un canto de silencio
que sobrecoge las alma
desposeídas de sonidos y ecos”
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