La
puerta sin abrir
La
puerta sin abrir, no tiene cerrojos,
no
tiene trabas, no tiene candados
y
dime por qué tú no las traspasas,
¿es
que acaso el miedo te acobarda de encontrar tras ella
a
quien te ama con verdadero amor?.
Pues,
entra, el amor no espera mucho,
si
tú no lo alimentas se hace invisible
y
desaparece y ya no lo encontrarás más.
Aquí
tras ella, estoy,
bajo
la desgarradora soledad de tu ausencia
ahora
amo mi soledad, a veces no,
pero
somos seres de adaptación
y
creo mucho en la resilencia.
Tu
cobardía me confunde,
me
deja perpleja, consumes mis temblores,
devoras
mis gritos ante tu ausencia tan presente.
Es
tan sólo tras la puerta que tu voz al oírse
clama
por mí.
Un
bálsamo errabundo
que
no se atreve a buscarme.
¿Por
qué tu actitud de loca indiferencia,
de
no ser valiente frente al amor que todo lo puede,
que arrastra
todo a su paso,
mares,
abismos,
montañas
y tú
tras mi puerta no te atreves pasar?.
Creo
que ya no te amo,
mi
deseo se fue tras la ventana abierta,
soy
libre
no más
sentimientos deseados,
no
más besos esperados,
no
más silencios compartidos.
El
cielo se abrió para mí,
soy
libre al fin.
Todo
se acabó mi amado
tras
una puerta.
“Me encontrarás un día
seré pasión en
polvo de cenizas
tendrás que armarme
con tus besos tan esperados”
No hay comentarios:
Publicar un comentario