Mi vida y tú
Mi
vida y tú están entrelazadas, juntas
no
es existir si nos separamos.
Éste
verso mío no es de alguien ya definitivamente muerto,
aquí
estoy a tu lado,
aún
vivo escribiendo para ti, mi amado.
Hay
personas que pasan por la vida
sin
que nos demos cuenta.
Tú,
mi amado, en cambio, fuiste un alud de sobresaltos,
un
júbilo ardiente, una caja de Pandora,
música
con nuestras melodías.
Me
diste la ternura que yo siempre me negué
y yo
te compensé con todo mi amor mi vida.
Juntos,
agazapados como dos felinos
cubrimos
de pasión el miedo ajeno que llevamos dentro.
Mi
vida y tú, son otro viento que aviva la misma llama
que
hoy es canto que arde en la sustancia misma del poema.
Irrumpes
en un cielo donde inútil
se
estremece aún la llama del deseo.
Otro
aire alimentará nuestros deseos,
nuestros
placeres,
nuestros
besos ávidos de caricias.
Mi
vida y tú, crecen en nuestro abrazo
como
imagen del fuego.
Hay
una sed que no se apaga, que es llama
en
medio del torrente, una llama que ya no abandona
su
ardor, ni sucumbe aún
en
el cauce rápido del agua límpida.
Busca
en la luz un camino,
una
escala de penumbras
y
ven a mí,
¡te
esperaré siempre!
“La
poesía es la palabra imprescindible
que
rueda hecha poema,
está
en todas partes
y
no se deja ver”.
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