Mañana
del ayer,
vivida
con intensidad total
como
si fuera un Hoy
último
y deseado.
Sobrevuelo
como una dinastía de soles,
amo
y soy amada,
estoy
envuelta en hilos
de
unión perdurable y recíproca.
Mañana
del ayer,
ya
vivida desnuda,
he
soñado una noche solar
con
viento y lluvia,
me
borraron como a un fuego,
como
a un poema
escrito
en un muro.
Mañana
del ayer,
más
allá del olvido,
alguna
vez de un costado de la luna
verás
cómo caen los besos
que
brillan en mí.
Las
sombras sonreirán altivas
luciendo
el silencio que gime vagabundo,
vendrán
las hojas impávidas
que
algún día fueron
lo
que a mis ojos vendrán
las
mustias fragancias
que
innatas descendieron del alado son.
Mañana
del ayer,
esperada,
ansiada,
deseosa
de vivir las rojas alegrías
que
burbujean intensas en el sol,
que
redondean las armonías
equidistantes
en el humo
danzante
del amor nuestro.
No
me abandones, mi amor,
en
esta verdadera mañana del ayer.
No
quiero que falte poesía,
en
el Hoy del hoy,
entre
ensueños rezagados.
Pido
el silencio entre nosotros dos,
que
nos amemos juntos,
como
si fuéramos uno,
solo
tú y yo.
Mañana
del ayer,
sed
silencio
encuentro
amor.
Vida,
mi vida, déjate caer
déjate
doler, mi vida,
déjate
enlazar de fuego,
de
silencio ingenuo,
de
piedras verdes en la noche clara,
déjate
caer, ahora,
ya,
mi vida.
Mañana
del ayer, cuando me miras
mis
ojos son llaves,
el
muro tiene secretos,
el
temor de no tenerte solo tiene poemas,
solo
tú haces de mi memoria
una
viajera fascinante,
un
fuego incesante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario