Por un breve resquicio de
mi frente acongojada, se asoman a mi pecho tus sentidos
y tiemblan las barandas de
mi cuerpo,
al sentir apoyar tan leve
sangre
¡no más llanto!
¡sí, amor, mucho amor
estando contigo!
Tus palabras son poemas de
amor que llegan a mi alma,
conmueven y sensibilizan
mi cuerpo.
Y te desean continuamente.
Y de tu piel sin nube, se
levantan las palabras justas y sinceras,
bajo un sol joven de rosas
amarillas y mi boca en la boca del verano,
se inicio en el secreto de
encontrarte.
La dicha me lleva a
enseñar a tu boca a que me nombres y que lleves tus manos a mi pecho, amor que
desnudándote caminas sobre el muro que cerca mi silencio.
Pido a la naturaleza y al
mar me den la fuerza necesaria para recuperarme,
de esta amarga e inesperada
decepción de alguien a quien le brinde todo mi amor
y mi generosidad.
“¿Qué
Tejerá tu memoria
madura
de andar
los
tiempos dibujan los caminos?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario