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miércoles, 11 de julio de 2018

No me digas no

 

No me digas no.
(necesito sentirte a mi lado,
desde allá muy lejos,
la música mágica de los violines
dibujan prodigios en el aire al sentirte llegar).
Quiéreme.

No me digas no.
(el tiempo es río que huye y perdida
me siento al no estar entre tus brazos,
desde que te fuiste mi alma está triste).
Quiéreme.

No me digas no.
(en claridades de luna y brizas de jardín
elevo tu nombre por aires en vuelos
y en oraciones dulces y melancólicas
que antes no sabía brotan cada día
de mi corazón enamorado palabras de amor).
Quiéreme.

No me digas no.
(en el fulgor de la alborada
mis sueños susurran
pensamientos invocándote siempre,
quiero tenerte en mis mañanas
como no te tuve en mis ayeres).
Quiéreme.

No me digas no.
(ven en mis noches de soledad,
no me abandones,
en silencio avanza pálido el dolor
por no tenerte y ante él
la esperanza deshoja una flor).
Quiéreme.

No me digas no.
(mis suspiros necesitan estar contigo,
abrazada a ti,
inmóvil,
sólo mi profunda respiración
moja el claro cristal de la quietud
que nos une en un imperceptible chal de espuma).
Quiéreme.

No me digas no.
(mi alama clama por ti,
ondea mi canto pleno de dulzuras
y sueños y mis prosas,
mis versos,
parece que llegan de la azul inmensidad)
Quiéreme.

No me digas no.
(te busco y no logro hallarte,
te siento en horizontes lejanos,
pero te aguardo ya que presiento
que el coro de las hadas del bosque te traerán a mí,
porque ellas encuentran lo que nunca se logra hallar).
Quiéreme.

No me digas no.
(percibo la sombra de la ilusión y la sed
de lo imposible como una braza llena de fiebres locas
mi corazón atormentado y deseoso
de gozo y placer).
Quiéreme.

No me digas no.
(riamos juntos en trémulos esplendores de amor,
ven a mí y las liras de cristal sonoro
tañarán las ondas de plata de las aguas
quietas y volarán entre ritmos
los aromas de dos almas que se aman).
Quiéreme.

No me digas no.
(tú eres y serás mi inspiración de mis poemas,
de mis versos,
de mis prosas,
porque sólo tú llenas de armonías
el viento y ardes como llama brillante en mi alma).
Quiéreme.

No me digas no.
Juntos viviremos amaneceres brillantes
entre alegres cantares de frescas notas
y en fantásticos pentagramas,
plenos de dicha y luz crearemos nuestro nido
entre un pasaje que canta y cantando
nos cuenta sus misterios
en un alado idioma sin palabras.

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