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martes, 10 de julio de 2018

Otoño en mi vida


Otoño en mi vida con sus instrumentos, con su orquesta de lluvia y súbitas claridades traes el amor esperado,
el que no tendrá olvido,
el que mi alma siempre reclamó
¡Ven a mí aún en mi otoño!
Mis palabras van hacia a ti,
palabras que duermen en la mano de la página.
El tiempo, oscuro visitante que como breve luz perdura
no nos alejará nunca, estaremos esperándonos siempre
en un pequeño fulgor de esperanza.
Otoño en mi vida que contigo me acerco al crepúsculo
donde el sol entre luces brillantes nos acuna,
estamos juntos, lo sé ahora que sabemos en lo que el amor nos convierte en un fuego que nunca se extingue,
transitando juntos estaciones de la vida.
Y al querer avanzar bajo la bóveda oscura y húmeda de lluvias, miedos y silencios hunden mi alma retardando mis pasos
para llegar a ti y ser tuya por siempre.
Y en una lejana algarabía del fantasma de tu ausencia
siento que tus manos desde la lejanía se refunden en los pliegues de mi cuerpo, mis pechos erguidos brotan con urgencia
por el olor de tu piel y mis labios provocados por ráfagas de besos necesitan tu presencia a mi lado .
Otoño en mi vida pero en mi alma juventud y alegría
por sentirte junto a mí, en mi recuerdo,
nunca serás olvido.
Te extraño y aún más cuando llueve ya que busco refugio en mi misma para sentir que ocupas el lugar más sensible de mi cuerpo
con manos, ojos y labios.
Y afuera la llovizna que antes erizó mi piel se desliza por dentro,
dejándome en un mar de lágrimas por no tenerte conmigo.
Tú desde lejos haces que vibren las cuerdas que afinó tu violín en mi cuerpo y alma.
¿Por qué llegaste a mí en esta etapa de mi vida?.
Tú el amor lejano, inasequible pero entrañable por siempre.

                                 Mírame partir
como un duende,
con los pies al revés
que no desea irse”

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