Regresas, te veo llegar a
prisa hacia mis brazos que estaban abandonados.
Regresas con deseos de que
nuestro amor lleno de pasión,
inunde nuestras vidas.
Y mi mirada que lo hacia
hacía el suelo se elevo con dulzura,
viéndote venir hacia mí,
mis ojos desorbitándose de amor,
los que lloran debajo de
tus pies.
Aplaudo alabanzas, sin
arpas ni prodigios, bajo esta ceremonia de amor.
Miro la vida ahora con
placer y alegría, estoy contigo, en tus brazos,
nuestros cuerpos juntos.
Tus caricias tiernas,
dulces, me inundan de aroma de amor.
Ahora quiero vivir así
siempre.
Como los días pasan a
escondida y como el humo se pierden los años,
ahora de nuevo bailo, me
levanto, giro a toda música vago por mis ojos.
“Una
lagrima encendida limpia,
una noche procaz”
No hay comentarios:
Publicar un comentario