Puede
ser tierra yerma resquebrajada,
seca
sin vida, muerta esperando torrentes de gota simiente.
Solo
el viento, el sol, el polvo, que se une con el cielo,
formando
un puente para ascender al infinito,
los
cerros callados, intensa espera escuchando el silencio, silencio anodino,
adormecedor,
eterno.
Quebrado
por el granizo de algún pájaro o por los pasos rápidos de un roedor al acecho.
El
tiempo en suspenso, el desierto espejo de mi vida vibrante y seca esperando
torrentes,
de
gotas simientes.
Desde
tiempo atrás no hubo ni un momento ingrato, ni de aspereza diestra, los
temores,
indefensos
y será entonces el fin y la común unión.
El
amor nunca perdona a quienes saben amar.
“De día…
como cuando el amor llega.
De noche…
Como cuando el amor se aleja”
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