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jueves, 23 de agosto de 2018

Esperando tu llegada


Esperando tu llegada,
aquí estoy,
expectante y emocionada,
ansiosa,
entreluces del hoy y del mañana.

Solo espero tu llegada,
cada día,
cada tarde solo tú
enciendes la flama
que no quema pero arde.

Esperando tu llegada,
para gozar sin prisa
de tu presencia añorada
para que veles mis noches de sueños.

Quiero que en mis auroras
tu aroma me envuelva
y sentirte cerca mío,
muy cerca.

Esperando tu llegada,
en un tiempo cercano,
intimo y nuestro,
sin afanes indecisos,
sí con esperanzas nuevas
sin nunca más perdernos ya de vista,
de volver a ser uno,
de juntarnos fatalmente perdidos
en la vorágine de nuestros besos.

Esperando tu llegada,
anhelada,
deseosa de sentir tú aliento
fresco y cálido.

Te espero aquí,
tras la paz de intactos cristales
en nuestro manantial de dicha
que suave mana,
en nuestros sueños
remontándonos a nubes altas.

Esperando tu llegada
busco tu sonrisa flotando en el éter,
buscando tus labios
los míos para cubrirme de besos,
disipando para siempre
las neblinas que me envolvían tristemente.

Esperando tu llegada
mi corazón espera descansar ahora,
en la breve rama de tu pecho
y aunque muera sé que vivo
en los claveles futuros de tu cuerpo.

Esperando tu llegada
en el grave concierto del otoño,
escuchando como los violines
agitan un mar de hojas amarillas,
rojizas,
elevadas por el viento.

Te espero desde los campos de amapolas
y solo tú irradiando tu fulgor
secas las fuentes de mi llanto.

Como el nardo juvenil
guardas en tus entrañas los bálsamos
y secretos de lumbres
que hacia el tristísimo corazón cansado,
lo colmas de las blancuras del astro.

No importa que te aleje,
que aún no estés a mi lado
por mares o el tiempo te aparten
porque por sobre la verde muralla del agua
agitada llegas,
al fin a ver los carismas
divinos de la luz y del canto.

Esperando tu llegada
mi corazón late en este rojo silencio
de mis ríos interiores
y bien oculta duerme la esencia del ser
que no logra vivir sin ti.

El amor ha de estallar mañana,
retenido en pimpollo,
donde mi alma,
cercada de tinieblas
al infinito descansa.

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