Acercando lejanías cabalgo en vientos
de perfume y oro.
Consumí tus besos de miel y de mariposa.
Tus caricias me ataron
a la sombra de tu fuego
y en la sal de tus palabras
hechas de crines doradas e impetuosas
enredé mi alma para siempre
aunque mi cuerpo tuvo que partir.
Acercando lejanías,
siento el sayal de tus manos y tus brazos.
La niña de la piel de nácar
en su otoño de cristal
acaricia el silencio de tu ausencia,
porque desde otra,
su lejana ausencia,
siente las caricias desbocadas
que en galopes de metal y oro
llegan a su cuerpo nostalgioso y triste .
acercando lejanías,
con mi alma cargada de paz y amor,
me voy yendo a ese otro mundo,
donde no te volveré a encontrar.
Soy como el viento,
durante una tempestad que se aproxima,
tus evasivas palabras
a mi pecho apasionado y sufriente llegan
y deambulo perdida en la noche
sin ti a mi lado, te amo,
mi lejano ausente.
“Cuando el placer
me devoraba
un amor me engañó
y me dejó sola y vencida
y me transformé en un ser indiferente y solo”
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