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sábado, 27 de octubre de 2018

Ardientes ensueños


Ardientes ensueños,
entre deseos y ternuras,
juntos en el alma y el cuerpo,
nosotros nos amamos
 bajo la tormenta oscura
de palabras no dichas,
en el misterio de la mirada,
 hasta la ira o la melancolía,
 nos unimos en un nocturno abandono.

Ardientes ensueños,
como dos relámpagos
entre el sueño,
 amanecemos atravesando auroras,
llegando al horizonte azul
donde todo se olvida.
Vivimos tú y yo
una secreta existencia
donde el deseo nunca se extingue.

Ardientes ensueños,
donde el amor impera,
rumorea una bandera de rosas,
suspendiendo mi voz
entre suspiros entrecortados,
dulces, leves y profundos.

La transparencia de tus sueños,
galopa en mi camino de sombras
y me haces prisionera
de tus sonrisas y besos.
Tu nombre llueve en mi piel
como una cadena de flores
y en tu suave tiempo imaginario
 soy tuya hasta la muerte.

Ardientes ensueños,
palpitares únicos, sin límites,
 iluminados por el Amor,
salvándonos
de la mediocridad y del tedio.

Nos amamos en nuestros ensueños,
sin prejuicios ni condiciones,
sin esperas ni reservas,
sin egoísmos ni sombras,
sin cadenas ni sumisiones.

Ardientes ensueños
que nos conducen
a la profundidad del océano
con la claridad del Sol en las montañas,
con la fuerza suprema de vientos huracanados.

Ardientes ensueños
que nos llevan a amarnos
con la blanca llama
de nuestras almas despiertas,
con la alegría de cielos infinitos,
peregrinando juntos
hacia la dicha divina e inmortal.

Te siento cerca de mí,
tu canto me atrae hacia ti,
más no sé de donde,
eres algo que vive
 más allá de sí mismo,
 mis ardientes ensueños
 te envuelven, te acarician
y aunque siempre eres nube
 y horizonte lejano,
sientes mis besos sobre tu alma.

Mi camino
está sembrado con tu nombre,
mi espíritu solitario
 te sueña en todas las cosas,
mi espíritu te busca tras toda emoción.

Ardientes ensueños
que abren las puertas de mi vida,
que me hacen escribir
 imaginando libre
de confusiones y miedos,
 estrofas, versos
que vienen hacia mí
sintiendo renacer en mi mente y alma
amores ya vividos o por vivir.

Con lazos eternos nos hemos unidos,
me arrojo en tus brazos,
en tu alma me imprimo,
te infundo en mi ser.

¡Las almas que se aman
no tienen olvido,
no tienen ausencia,
no tienen adiós!
Ardientes ensueños,
palpitan sus aromas,
tiemblan las brisas,
los besos cantan como chispas
que lanzan astros y flores
en vagas notas
que el arpa lanza
como un gran himno
de esperanzas y ansias.

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