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jueves, 18 de octubre de 2018

Verte nunca más


Verte nunca más,
ya no estás más en mi vida,
te fuiste sin una palabra,
mi amado ausente.
Ya no te espero ni un minuto más.
Perfumes, luces, formas y sonidos,
desentrañados de su cautiverio,
azuzan y apaciguan los sentidos en un riesgoso
y repetido juego.
Detrás de la espesa niebla del misterio,
huiste escondido tu figura apagada,
sin  una despedida,
te fuiste a buscar otro amor.

Verte nunca más,
¡Pobre mi amado ausente!
te equivocaste en tu búsqueda,
tu vida no va hacer la misma,
vas a sufrir y te arrepentirás.
Pero todo ya es tarde,
te quiero lejos de mí.
Deja mi vida libre,
independiente, sola.
Mi cuerpo solitario,
arrastrando las tinieblas,
que relámpagos furtivos van cortando,
pero poco a poco voy subiendo la cuesta,
de sentirme abandonada
y me encamino enamorada de la vida,
hacia un nuevo amor.

Verte nunca más,
Ya no puedo encontrarte más,
allí en esa distancia,
imprecisa,
lejana, donde tú estás ausente.
En vano iría en busca tuya,
allí donde fue mi pensamiento a sorprenderte,
en tu misterioso lugar donde ahora te encuentras.
Y ya perdida, ciega, no sabré como alcanzarte,
en dónde estabas, si con abrir la puerta nada más,
o si con gritos o si sólo me sentirás,
te llegará mi ansia en la absoluta espera inmóvil,
inminencia, gozo, pánico,
sin otras alas que el silencio.
¡Libre al fin de hostigamientos, llantos 
y pesares.
Ando libre sin que las sombras y las piedras,
pesen sobre la espalda.
Siento que ángeles de coral vigilan mi seguro cuerpo,
convertido en puente que al infinito por las olas saltan.

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