Supongo, dices que supongo, quizás sí, supongo, más es,
la verdad que expreso cuando me dan la espalda, cuando digo: no hay
sonrisa- y digo-
el mundo es una estrella que pregunta.
¿Por qué forman en mis huesos,
el polvo sombreado que ahora con el viento se dispersa?
Hoy me llaman partícula, quizás por ser mujer poeta de ardiente
fuga,
quizás por ser el laberinto lleno de júbilo, cuando no veo como un
cuerpo más,
ante la instancia minúscula de mi mundo, ahora que muevo los brazos
como alas,
sonrió y me levanto por un segundo al cielo que prueba la ley del
desengaño.
Supongo porque tú dices, porque digo que mi amado me dejó por
desamor.
Los siglos de la tierra me caen en los brazos, soy una viejera sin
fin.
Las alas de la norme aventura baten entre inviernos y veranos.
Mirad cómo suben estrellas en mi alma, desde que he
expulsado las serpientes del tiempo oscurecido.
¿Cómo podíamos entendernos en este caótico mundo?
Heme aquí de regreso ,donde no se vuelve.
Compasión de las olas y piedad de los astros.
¡Cuánto tiempo perdido sin amor entre todos los seres humanos!
Soy, no la mujer de las lejanías, la que daba vuelta las páginas de
los muertos.
¿Reconocéis mi andar?, vuelvo con más amor en mi alma con un sabor
de eternidad,
con un olor de olvido, con un sonar de venas misteriosas que están
llorando en mi universo.
“Nadie encontró las llaves perdidas
en el
tiempo y en las brumas
cuántos siglos perdidos”
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