Y te esperé por largo tiempo,
en la vastedad del espacio,
cansada y triste,
y al despertarse la aurora en su mirada de
claridad,
bajo el cielo te delinié con mi
pensamiento,
mientras la luz temblaba en las gotas de
rocío
que sobre la gramilia vertió la noche
y un perfume de paz me inundó al sentirte
llegar.
Y te esperé, por largo tiempo.
días,
meses,
años,
siglos desmemoriados,
entre húmedas neblinas
y corazones blanquecinos,
mi alma sigue triste
y no se ilumina con tan sólo una luz crepuscular
y opaca.
Un hálito de abismo
frota en mi alborada agonizante
que me fatiga y me marea
por el oscuro pensamiento obsesionante
que tu no vendrías en mi búsqueda.
Te esperaré hasta el fin de mis días,
hasta en mis pesadillas y en mis sueños.
Veo tan sólo tu sombra
como un ave que revolotea sin llegar
a éste nido que te espera,
no aciertas en el vuelo el lugar donde
posarse.
Te esperé,
te esperaré,
te encontraré,
atravesaré mundos,
cielos y mares
y allí te hallaré sin que te des cuenta,
ya que ni te rozaré,
sólo seré a tu lado una sombra más.
“Encenderé la leña de mis brazos
para recibirte entre las lenguas de tus manos”
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