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viernes, 14 de diciembre de 2018

Danza circular


Danza circular,
 bailo la vida,
siendo lo que soy,
una y otra vez,
me renuevo
con las estaciones del Universo
y mi cuerpo es el cuerpo
 de todo lo que es.

Yo soy la que soy,
una con el gran Sol,
soy esa esencia que nunca morirá…
a pesar de desangrarme por el camino,
viajando los senderos
que eligió mi corazón.

Danza circular,
rítmica, audaz a veces,
sensual otra, lenta o vibrante,
pero siempre plena
aún bailando conmigo misma
 pero dedicada a ti, mi amor.

Danza circular,
la bailo de madrugada
con la espiral de la luz…
bailo hasta que el fuego sagrado
 de la noche se enciende,
me libero y me desapego de todo,
apego con la música del cielo…

¡Ven, acércate, baila conmigo
la hermosa danza de la vida!
Danza circular,
apasiona el aire y vuelve
 leve la sed del amor,
nacen los versos
entre caligrafías de perlas
 en un mar de pasión
irradiando encantamientos
y concediendo dones
como la dulzura de la miel,
 la caricia del musgo,
el fuego del mar.

Danza circular,
entre arabescos de luz,
entre nervaduras del cielo
y abrazos de agua.
Danza circular,
arremolina sentimientos
y me deja en un espacio único,
mágico, irreal,
 imantando el alma
con geometrías vegetales
y tules de plata
enredados en mi piel.

Danza circular,
es contigo que estoy, amor,
disolviendo la fragua
de la pena que quema,
 movimientos con resplandores,
sin los siete velos,
sí con estrellas migratorias
en arterias doradas,
palpitando árboles
 y cuerpos enramados
en remolinos y ascensiones.

Danza circular,
la música nos envuelve
 entre capullos
concediéndonos el don de amar
y se mueven resplandores
como vuelos de arcángeles sin espadas.
Mis pasos son pasos de una danza,
 bailo poesías
entre colores y movimientos,
 fogosos e intensos,
creando espumas, nubecillas,
jardines celestes, corolas blancas.

Danza circular,
que comienza antes de que llegue el día,
labradora, la aurora se levanta
 entre estrellas rezagadas
que con sus luces
recorren los cielos
 por el mar que aún va a sembrarlas.

Estalla la danza
entre mil sones redondos
 de eterna magia y esplendores,
estallan en los espacios claros,
cubriendo de mitos
que la luz guarda.

Danza circular,
eterna y sentida,
 todo baila,
brazos, manos, pies y dedos
y hasta los ojos y labios
tiemblan en rítmicos parpadeos
y balbuceos de amor
y cubren su verdad guardada
en lo profundo de su seno
con latidos gozosos
 y palpitantes albores.

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