Te buscaré siempre, no será inútil que te
busque
y te persiga debajo de la piel de mis sentidos.
Me desconsuela pensar, me desconsuela,
el no encontrarte nunca,
te necesito, amor, te necesito a mi lado
tan sólo por instantes siquiera.
Estar siempre pensando en ti no es vivir,
mi amor debe estar libre,
suelto,
sin temores,
a lo que yo más deseo,
a tus besos, a tus abrazos.
Te buscaré siempre, sintiendo que tu querer
este conmigo,
es tan sólo un sueño irrealizable,
es lo imposible de querer vivir contigo
siempre
y esto me desconsuela,
es tan hondo que llega a mi alma como una
herida abierta.
Te buscaré siempre, aunque no te encuentre
nunca.
Debo arrancarte de mí
y lo que más pena me da es no escuchar tu voz
densa,
cálida, más palpable que tú mismo cuerpo.
Dime, ¿Por qué ese afán de hacerte lo posible
si sabes que tú eres lo que no serás nunca?
te suplico, te pido, encuéntrame en este Hoy,
quiero sentirte en mí, como siente el agua del
puerto,
pensativa en las quillas inmóviles,
en alta mar, cuando surge la turbulencia
sacra.
Te buscaré siempre, para que descanses en mí
y gozaremos como en un temblor de hojas,
en las que se posan gotas del cielo al suelo.
Tú eres para mí un color en la música del
viento
y tu nombre recogido en mi boca,
es para mi alma,
el amparo,
la protección,
el cobijo.
Yo mantendré en mi espera,
el
medido esplendor de tu alabastro
y serás una hiedra de amor sobre mi cuerpo.
Te buscaré siempre, con alegría y luz,
como un faro que con luz de desigual
intermitencia,
nos lleva al camino de
la esperanza,
la ilusión,
la necesidad de ser amado.
“Quise
seguir tu vuelo solitario,
quise
amarrar mis ojos a tu piel,
quise
rehacer mi amor en ti
por
todo nuestro existir.”
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