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El Fin


Siento agua en mis ojos y nueves de viento en mis manos.
Siento en mis pies enloquecidas alas y jilgueros de música en mi garganta,
siento que todo en mí  quiere volar.
Quiere ir a un arroyo rumoroso, quiere enredarse en un balcón de arrullos grises.
Y perfumes amarillos tipas y palomas.
Me atraen desde la distancia que es verde y es planicie pura,
me llevan en sus brazos de hojas frescas y de aguas de espejos cautivantes.
¡Al fin me ponen en los tuyos!
Me ahogan tus ramas de piel caliente.
Me sacude el elixir de tus caricias, cual sublime pájaro de fuego.
Quiero que aturdas todos mis sentido, quiero sentir un cerco,
que confunda mi cuerpo con tu carne me aliento con tu boca, mi piel con tus ojos,
de humo y de miedo son final.
Comúlgate conmigo, apaga el viento que delira.

“Es tu voz un bálsamo dulce
que me busca,
en oscura lejanía”

Lágrimas


Lágrimas saladas inundan un mar en mi pecho,
te has ido y no te encuentro
ni en un resquicio de este mundo
pequeño y frágil.
Estoy llorando espinas al amanecer,
cabalgando en vientos y huracanes, la lluvia golpeando mis mejillas,
sólo pensando en ti.
La piel de tu costado se me enciende sobre  el ojo cautivado,
de deseo y flota tu cintura sobre el agua,
que manan mis recónditos adentros.
De lágrimas de amor estoy sedienta de tanto que yo por ti concibo,
que me provocan un dolor tremendo al no verte,
en el amor que anhelo.
Lágrimas que angustian mi alma que una muestra de amor,
por ti clama, suplico
, por una huella que de ti añoro.
Tan de cristal y oro perfumado el aire que me cerca los ojos
lloroso,
que temo despertar en tus pupilas por no apoyar,
mis ojos en el aire.
Mis pestañas con gotas de agua rizan el viento y mueven el follaje.

“Enciendo velas
 donde el viento sacude
 negra soledad”

Regresas


Regresas, te veo llegar a prisa hacia mis brazos que estaban abandonados.
Regresas con deseos de que nuestro amor lleno de pasión,
inunde nuestras vidas.
Y mi mirada que lo hacia hacía el suelo se elevo con dulzura,
viéndote venir hacia mí, mis ojos desorbitándose de amor,
los que lloran debajo de tus pies.
Aplaudo alabanzas, sin arpas ni prodigios, bajo esta ceremonia de amor.
Miro la vida ahora con placer y alegría, estoy contigo, en tus brazos,
nuestros cuerpos juntos.
Tus caricias tiernas, dulces, me inundan de aroma de amor.
Ahora quiero vivir así siempre.
Como los días pasan a escondida y como el humo se pierden los años,
ahora de nuevo bailo, me levanto, giro a toda música vago por mis ojos.

“Una lagrima encendida limpia,
 una noche procaz”