Leyenda de mujer, aún sigo temerosa en las noches,
deambulo por la casa y me asusta pensar que no estoy
sola,
que me persiguen
las sombras de fantasmas misteriosos
en los espejos provocándome con sus ojos lascivos.
Pero, de esa legión
de hambrientas sombras,
sólo hay una que
quisiera rescatar,
la de tu cuerpo
exhausto después de la batalla
en que fui tu
victoria,
¡ tú agradecida recompensa!.
Leyenda de mujer,
todo vuelve con los recuerdos sin olvido,
momentos nuestros, sólo nuestros,
que elevándose en el silencio,
se tornan presurosas a hacerse vivir otra vez y otra, otra.
En nuestros momentos de placer los años son
la ilusión de un sueño.
El silencio, las
mentiras y las falsedades son viaje sin retorno.
La soledad pasiva
y cómplice nos obliga a soportar nuestra lejanía.
Leyenda de mujer,
entonces vino la noche
hasta la orilla de la vida.
Oscura embriaguez
que llevé hasta el estanque
mi cuerpo ya ido
para siempre.
Pero llegaste tú, con
tu luz y pureza
a rescatar lo que
quedaba de mí,
eras amor, ternura, dulzura plena,
era la paz que yo
esperaba siempre
y me tendí hasta
tus brazos con pasión.
“Eres el reposo deseado,
la palabra lenta y pausada,
el
acogedor nido
pleno de serenidad”
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