Necesito
saber de ti,
¿cómo
me encontraste?
¿quién
eres?
¿por
qué me llamas mi reina y no sabes quién soy?
Necesito
saber si existes,
si
estas en esta orbe tan desquiciada y caótica,
¿Por
qué quieres compartir tu vida
con
alguien que es tan sólo una mujer poeta
que
escribe palabras sagradas de amor,
pero
tan sólo compartidas con los seres susceptibles
a
los pensamientos que fluyen si cesar en mi mente?.
Tú,
el desconocido, el fugaz, el pensado,
el
que siempre aparece de improviso en mi mundo virtual.
¿Qué
buscas?
Sólo
puedo darte mis frases, mis poemas,
es
el único patrimonio que tengo.
La
vida en sus giros impetuosos,
en
sus redes cíclicas unen seres de todo el orbe
sin
saber la causa y la consecuencia.
No
quiero que me hieras, ni me lastimes,
el
dolor es santo cuando el alma llora
y
mis lágrimas déjalas en el manto de mi pecho puro y casto.
La
esencia de la vida no es reír en la aurora
es
fuente sonora de penas, alegrías y amores.
No
desates en mí el dolor bravío que él despertaría en mi conciencia lo límpido de
mi valer.
Mi
desconocido esta es una carta de estrofas sentidas,
déjame,
no me busques más, necesito compilar mis versos para reunirlos y escribir en
paz mis poemas de amor.
No
me busques más,
no
me atosigues,
déjame
ser libre como pájaro andariego,
soy
una pasajera de la vida,
libre
y sin trabas en mi corazón ni en mi alma.
¿Qué
pueden hacer en las fragosas tempestades del mundo
mis
versos mariposas que al fin vuelan?
Deja
que lleve todas mis ilusiones volando por las nubes
con
mis cánticos alicaídos y mis versos elevados,
que
los quiero por ingenuos,
pienso
que vuelan,
sólo
porque mi frente roza las alas de las gaviotas libres.
Los
quiero por audaces.
Yo
sé que en sus anhelos hay horizontes
para
los mundos y los cielos.
¡Desaparece
ya!
¡No
te quiero en mi vida!
“Así si ha de caer en pleno vuelo
verán caer mi corazón gigante.
iluminando la amplitud del cielo
ebrio de luz como una estrella errante”
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