Admirable naturaleza,
siempre la misma y diferente.
Maravillosa de belleza, renovada
constantemente.
De pie en el umbral de la aurora bajo
la celeste amplitud,
eres el hada protectora con su varita
de virtud.
Pon en mis versos el tesoro de las
alboradas de plata,
de los mediodías de oro y de las
tardes de escarlata.
Dame a beber la poesía de amor en mi
raudal de inspiración,
que es fragor de lucha en el día
y en la noche meditación y amor
gozoso.
Todo lo que tu imperio encierra es un
himno a dios,
es un canto que desborda en cielo y
tierra.
Manantial de un puente de donde las
poesías saltan,
juegan, se regocijan, para que
lleguen al mundo para dar paz y comprensión.
Mis ansias te esperan a ti, poesía,
porque hoy te he sentido vibrar,
en el fondo de mi alma, acercándote
más a ti amado amante a su través,
con amor y dulzura.
“Y me ha
perdido un nombre y el rostro
y la silueta
los ha filtrado,
el tiempo,
sordina y esmeril”
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