Apaga la luz, amor mío, que ya los
multicolores del amanecer iluminan nuestro lecho de amor.
Abrázame, muy fuerte, como si yo me
fuera a deslizar a través del viento, hacia otra dimensión desconocida.
Las estrellas suprimen de lejanas
que son, las distancias del mundo.
Si queremos juntarnos nunca mires
delante, todo lleno de abismos, desechas y de leguas.
Déjate flotar junto a mí sobre el
mar o la hierba, inmóviles los dos,
Cara al cielo y nos sentiremos hundir
despacio hacia lo alto en la vida del aire.
Y por favor apaga la luz y nos
encontraremos sobre las diferencias invencibles,
Arena, rocas, años, ya solos,
nadadores celestes, náufragos de los cielos.
Apaga la luz, mi amante eterno, el
sol comienza a inundar con sus rayos nuestro lecho de amor.
Soy tuya, totalmente tuya, mi
cuerpo y mi alma te pertenecerán eternamente.
Me estremezco de amor y mi alma
vibra cuando te siento junto a mí.
Dejare mi soledad bordada sobre tus
labios.
El corazón desafinado instrumento de
la tristeza, marcara poco a poco el ritmo del amanecer, deshaciéndose gota a
gota sobre tu cuerpo y un beso de plata y luz recostaran las nubes sobre tus
parpados en un mar de sueños.
Abrázame con la luz del alba, debo
partir, dejando entre tus brazos mi existir
Y si alguien te pregunta por mí, le
dirás que habían soñado, que yo nunca existí.
“!
Cómo decirte que te quiero mío y me quiero tuya !
Aun
para eso que se llama eternidad “
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