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sábado, 30 de marzo de 2019

Espectros



¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros!
La noche ha dejado noche en mis cabellos.
¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado?
¿Pero, era ausencia aquella o era mayor presencia?
Espectros, cuando a las piedras oyen mis pasos,
sienten una ternura que les ensancha el alma,
se hacen señas furtivas y hablan bajo.
Allí se acerca esta mujer poeta, la de hoy, de las distancia viene,
fatigada de tanta muerte al hombro, de tanta vida en el pecho y
busca de noche el amor perdido.
Espectros,  heme aquí vestida de lejanías, atrás quedaron los negros nubarrones.
Los años de tinieblas en el antro olvidado.
Traigo un  alma lavada por el fuego,
traigo un cristal sin sombra, un corazón que no deja la imagen de la nada y
un rostro que sonríe.
Traigo un amor muy parecido al universo.
La poesía me despejó el camino.
Ya no hay vanidades en mi vida.
¿Quién guió mis pasos de modo tan certero?
Fantasmas , espectros, ángeles del amor, no lo sé,
estoy protegida de los celos, las envidias, la maldad.
Mis ojos dicen aquellos que cayeron, disparad contra mi vuestros dardos,
 vengad en mí, vuestras angustias, verted en mi vuestros fracasos,
soy innumerable, he tomado mi sitio en el cielo como el silencio.

“Generosa alma que se entrega
 a través de la creación,
triunfos y ganas”

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