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viernes, 15 de marzo de 2019

Tu silueta al desnudo



Tu silueta al desnudo,
ya no está a mi lado
y pregunto por tu ausencia
mientras mis ojos
se acostumbran a la oscuridad.

Si eras un fantasma
siente en las palmas de tus manos,
en los labios,
la cálida huella aún del abrazo
en el que estábamos juntos.

Estamos al otro lado
de los sueños que soñamos
y tu silueta al desnudo
me acompaña siempre.

Amo tu desnudez,
porque desnudo
me bebes con los poros,
como hace el agua cuando
entre sus paredes me sumerjo.

Tu desnudez derriba
con su calor los límites,
me abre todas las puertas
que te adivine,
me toma de la mano
como a una niña perdida
que en ti dejara quieta
su edad y sus preguntas.

Tu silueta desnuda
se refleja en las sombras,
en los espejos irisados de luces,
azogados por el tiempo
y como aromática lámpara
me elevas a lo alto
hasta las nubes
desdibujadas del cielo.

No quiero que te vayas
porque habrá humedad y frío
hasta en la música,
sólo quiero tu júbilo
matutino y palpable,
la concreta verdad
que repartimos desde el fuego
con el clamor de piedra
que exigió la esperanza.

Tu silueta desnuda
me lleva al susurro del bosque
y me hace distinguir su lenguaje
que no se lo que tiene
que al oírlo sin límites,
sus goces aumenta.

Tu amante voz,
divinamente extraña,
habla a mi corazón
en los rumores
de la tierra gentil de mis amores.

Tu silueta desnuda
hasta hace que la flor
se lleve y eche perfume
en ondas que se levantan
mientras se mece el tremolar florido
y donde los mirlos,
los zorzales,
los chingolos,
sus ensueños cantan.

Yo como tú amo el amor,
la vida,
el dulce encanto de las cosas,
el paisaje celeste
de los días de estío.

También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote
de las lágrimas.
Creo en el mundo del amor
y que la poesía como puente,
es de todos.

Tu silueta al desnudo
hace que mis venas
no terminen en mí,
si no en la sangre unánime
de los que luchan por la vida.
el amor,
el paisaje,
la poesía.
Reboza,
rebózate,
de amar
y de ser amado.

Tu silueta al desnudo a mi lado,
¿no sientes el tremolar del viento,
bandadas de aves al vuelo,
de caricias tenues y suaves
como campo de margaritas
rojas y blancas
de perfumado chal?

Nuestras manos palpan,
acarician,
aman y guardadas
quedan en el fondo de nuestras almas
lo que tocan los ojos
y palpitan las manos.

Tu silueta al desnudo,
cerca, muy cerca,
inmóvil, marmórea,
clara, secreto fruto celeste
suspendida en nuestro nido,
en aquella rama alta.

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