Una noche más sin apenas darnos cuenta,
cada segundo,
cada minuto,
cada instante,
pasa como si no estuviéramos en el existir del Hoy,
con sus instrumentos, con su orquesta de
lluvias y súbitas claridades.
Y una noche más y apareces tú en mi memoria,
tú, el escondido, el siempre esperado.
Venía, pues, la noche y con ella el diálogo
de sombras.
Aire, pájaro que no perece,
oscura luz que llamamos tacto, cuando la
noche es vuelo insomne.
No somos del aire que perdura,
somos tiempo, raíces ondulantes de la
primera voz,
formas efímeras del espacio.
Una noche más y en su afanoso sueño de
sombras,
otra vez será el retorno a esta corporeidad
mortal y rosa
donde el amor inventa su infinito.
Ya el amanecer cuando la noche es apenas
noche
y hay trasluces en la tiniebla,
claridades en secreto, susurros de estrella
a estrella,
surgen las palabras que esperan ser
escritas,
anhelosas de verse en un papel para
amanecer como un poema de amor.
Mientras el amor espera escondido en
recóndito lugar al que tu y yo nos encontramos,
el ayer será el Hoy,
nos inundará la luz de la alborada
y nuestro amor se reavivara.
Una noche mas que se convirtió en
inestables sueños de amor
del recordar nuestras manos buscándonos a tientas
de nuestros abrazos furtivos,
de nuestros labios besando el vacio.
y en nuestros sueños nuestra alma pervive
el prodigioso saber
que nos hayamos juntos como un milagro.
“La
noche como larga espera
es
casi un latir del corazón anhelante de amor”
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