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sábado, 20 de abril de 2019

Mientras espero


Mientras espero
inunda mi alma el perfume
lejano de tu ausencia
que acaricia mi piel
y me abraza tu silencio.

Mientras espero me rodea
 un silencio de voces y ojos
 cenicientos de cristal
 y te amo en la espera
en un letargo impreciso
 que arrastra en sus alas minutos
 y tormentas para acercar
a mis caricias el fuego de tu piel.

Mientras espero borro
 el sueño de tu lejanía,
mi delirio,
mi ilusión,
mi incertidumbre.

Mientras espero,
te quiero en mi presente,
en este hoy de cantos de cigarras,
 de trinos enjaulados,
de flores indefensas
y de cielo lleno de brotes blancos.

Y al sentirte,
de mi alma se abren
 palabras nuevas,
encendidas de amor,
sílabas largas,
versos áureos
que acarician tu ser.

Mientras espero
 te siento como la sombra
 que me acompaña.

Te busco y te pienso,
eres el que alimenta mi espíritu
y calmas mi sed.

¡Ámame!
Seré la sal de tu camino
y el verde de tu sombra acogedora.

Mientras espero,
lentamente me sumerjo
en la nostalgia de tu ausencia.

Respiro desde lo hondo de mi ser
esa presencia esquiva,
plena de misterio
que me niega tus manos y tus ojos.

¡Qué difícil es encontrarnos!
Te encontraré mientras espero,
 a través del misterio
nunca bastante claro
y estaré contigo
en el remanso de agua mansa,
bajo la verde cabellera de un sauce.

Mientras espero,
pensativa y triste
oculto mi pena muy dentro y mi corazón
 palpita sin engaños,
buscando la paz y la ventura,
 reviviendo lo que pudo ser y no fue.

Las preguntas me acosan,
¿por qué para poder tenerte en mí,
no debo tenerte para mí?
¿Toda mía es la culpa de tu ausencia?
 ¿Será mi culpa?
¿Y tu miedo a amarme y ser amado?

Mientras espero,
más te amo cada día
 porque estás en mí
 y la paz serena del amor
que siento sacude mi soledad
 y me hace sentir que acaricio
 el pétalo de tu sombra
y que sigo viva,
 existo,
gracias a ti.

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