Umbral,
es la entrada al mundo nuevo,
al
de frases puras,
al
de verdades que existían desde antes
y no
las vislumbraba.
Es
el comienzo de vivir sin temores,
sin
miedos,
sin
presagios a ser rechazada,
a no
ser querida.
Umbral,
comienzo de una nueva era recorriendo mares
y
tiernas pruebas de que mi ser ascendiendo
por
escala de tactos, de bocas,
hasta
llegar a algo más denso ya,
más
palpable, a una voz que me dirá:
“Te
quiero”, que lucha para afirmarse.
Umbral,
acceso único al Paraíso azul,
donde
mi alma se encuentra con la tuya,
mi
boca con tus besos,
donde
estrepitosamente el mundo
se
abre para los dos.
Desde
lejos, toda la naturaleza te mira,
avergonzada
y yo displicente grito,
río,
lloro,
con mi cuerpo donde la luz tímidamente se asoma.
Bajo
la luna en mis brazos
pero
nadie ve que me envuelve la túnica de lentos llantos.
Corro como llama sobre el río de la espuma
atravieso
el umbral,
y
allí están esperándome mis poemas
que
se alargan cual árbol en la pradera celeste del agua
y
junto a ellos regresas tú, el amor de mi vida.
¡Cuánta
gracia el cielo y tu amor junto a mí!.
Tú
avanzas, pájaro de fuego,
Destruyendo
los sonoros espejos,
trayéndome
ramos de laurel
a mi
enardecido pecho.
“voces que apenas son canción
sombra de la mano
que se desliza sobre mi cuerpo
en el atardecer de la canción”
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