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sábado, 8 de junio de 2019

¿Dónde estás?


¿Dónde estás amor de mi vida
que no te puedo hallar?
¿Te has escondido
entre los vergeles floridos
o en las cuevas oscuras junto al mar?
¿O en los nimbos del olvido?

Eres tan sólo un perfil,
nubes grises
bajo la tormenta oscura de palabras.

¿Dónde estás?
¡Ven a mí!
Te hubiera amado
hasta en la tristeza
o en la melancolía.

La noche te llama
y el sol busca tu rostro
donde el día toma su luz hermosa.

Te quiero junto a mí,
si no te tengo el frío,
el dolor,
nubes grises de siempre,
como un relámpago entre el sueño,
amaneces atravesando auroras.

¿Dónde estás?
Vive tu secreta existencia a mi lado,
como el deseo que nunca se extingue,
habitemos juntos
el invisible corazón de la eternidad.

¿Dónde estás?
¿Cómo llegar a ti?
Siempre llegué,
siempre fue posible estar juntos
¿por qué ahora no sucede?

¿Dónde estás?,
¿Entre la húmeda neblina
que borra toda la gala matutina?

Me entristece no estar contigo,
no tengo tus labios
y tú no sientes los míos,
¿dónde estás?
todas las frases que se quedaron
en mí para ti,
se dormirán y quedaré
vacía y sola.

La vida contigo se me ha quedado,
te hubiera amado aún a tu perfil
sólo entre nubes grises,
sin nimbos del olvido.

Con el misterio de la mirada
te busco entre relámpagos de sueños
y amaneceres solitarios.

¿Dónde estás?
Te busco en el horizonte envejecido,
en la estrella que palpita,
en aquel cielo con un sol
en el interminable laberinto de la Tierra.

¿Dónde estás?
parece que habitas
en el invisible corazón de la eternidad.

Más allá de las palabras,
de los sentidos,
de las ideas,
en el territorio oculto de tiempos
escurridizos te esperaré siempre,
tu piel de mares infinitos
acunará la fuerza de las esperanzas.

¿Dónde estás?
te siento agitando tu melodía de fuegos
en las manos del arco iris,
donde habitan las sombras
corriendo libres por la luz
y este lugar
el amor sueña libre en su soledad.

¿Dónde estás?
te espero con mi corazón puro,
recibiendo desde tu lejanía
sencillas y suaves vibraciones de amor
que caen en pequeñas cascadas silentes
cada día por las curvas sencillas del viento
desplazando su caudal
de perfumes en el tiempo.

¿Dónde estás?
no quiero sufrir amarillentas pesadillas
de que no te encuentro,
te quiero junto a mí
en los atardeceres temporales
de mi espíritu.

Yo te amo
sin límites ni tiempos.

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