Páginas

jueves, 18 de julio de 2019

Pérfido corazón


Pérfido corazón,
con hábiles maniobras
y lastimando mis sentimientos
tu ingratitud me invadió
hasta lo más profundo.

Me heriste con tus maliciosos juicios,
ignoraste u olvidaste
todos mis esfuerzos
para darte lo mejor en tu vida.

Fuiste un baluarte para mí
cuyos muros cayeron por tu incomprensión
y tus desalmados sentimientos.

Pero aunque todo sea un gran todo,
trataré de que parezca una nada.

No quiero recordar tus perversos esfuerzos
para herirme y lastimarme.

Rompiste mi corazón con tu hábil indiferencia
pero cruzaste la línea con ladina porfía
y supiste hacerme sufrir
hasta que un manto de lágrimas
cubrió mi pecho.

Ahora ya no quiero
saber más nada de ti.

No eres nadie en mi vida,
fuiste el todo,
mi ternura,
mi amor,
mi protección,
mis cuidados,
todo eso ya ha desaparecido
en el espacio infinito de la nada.

Todo tiene un principio y un final,
lo que sentí por ti se terminó ahora busco un sino,
un sendero,
una luz,
donde refugiarme a curar mis heridas
las que tú causaste y no me verás más,
para ti desde hoy no existo, soy invisible.

Comprendo que nunca comprenderás
el daño que me hiciste
y en algún momento de tu vida
cuando yo ya no esté pensarás en tu actuación cruel
y mezquina hacia mí pero ya no tendrá solución,
lo pasado ya fue.

Empezaré a vagar sola encontrándome conmigo misma,
buscando donde está la verdad,
cuál fue mi error,
en qué camino de errores me sumergí
para no volver a cometerlos
y en el hondo silencio de la noche
encontraré las respuestas aún dudosas
de por qué recibí estas heridas
sin haberlas creo provocado.

La memoria del corazón
elimina los malos recuerdos
y magnifica los buenos
y así podré sobrellevar lo que sucedió esa noche,
a quien quise tanto y por celos,
envidias,
rencores,
me destrató y surgió su furia
queriéndome hacer pedazos.

Ese hombre nació de mis entrañas,
un fruto hermoso que colmó mi vida,
fue lo más querido,
lo más preciado pero hasta hace poco
se transformó por los pasos de la vida
en otro ser deshumanizado
y sin sentimientos buenos.

Ya la vida lo llevará por otros caminos,
donde su corazón cerrado
se abra al espacio sin fin del amor.

Yo no lo veré ni lo sentiré,
pero son mis deseos los que lo lograrán
y podrá encontrar el camino de la verdad.

Cuando la razón indica decepción
hay que darle paso a la razón
para que no sufra el corazón.

Desde hoy mi tarea es llevar mi vida en alto,
jugar con ella,
lanzarla como una voz a las nubes
a que recoja las luces que se me habían ido lejos.

Ese es mí sino:
vivir plenamente entre risas,
alegrías,
olvidos y amores renovándome cada día
para encontrar la luz de la plenitud
llenándome de gozos con alas por el aire
como las mariposas o las nubes flotantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario