Vivencias
de amor vividas en La Guajira, Colombia, en Holguín, Cuba y en San Fernando,
Chile, entre los niños inocentes y puros, esperando la sorpresa, lo diferente,
el taller de un cuento.
Soy
mujer poeta, no soy narradora, ni cuentista pero al pedirme que hiciera e ambos
países un taller de cuentos con los niños de un Colegio, lo hice con el amor
que la mirada límpida de la niñez me inspiraba.
Por
primera fue en Holguín, Cuba, cuna de la poesía latinoamericana, me pidieron
con sorpresa que realizara un taller con niños de un Colegio cercano y con todo
mi cariño acepte hacerlo.
En
todas las ocasiones que hice el taller de niños mi alma se conmovió por el amor
que recibía.
E
Holguín los niños me abrazaban y me hicieron rondas para que no me fuera, todo
fue inmensamente gratificante ya que llegaron a llorar de emoción por el cuento
que habíamos creado juntos.
Me
decían ¡tú eres nuestra! y yo respondía ¡soy de ustedes , de todos los niños
del mundo!.
Me
pidieron en todos los momentos que no me fuera y siguiera con ellos haciendo
talleres de cuentos.
En
Colombia en La Guajira, los niños estudiaron durante quince días todo lo
referente a la mujer poeta que los visitaría.
Y
¡oh sorpresa! al entrar al salón de Arte del Colegio me encontré que del techo
caían fotos mías, los títulos de mis libros y todo el Colegio sentado en el
suelo esperándome ovacionaron mi llegada ¡Qué hubiera pasado si yo no hubiese
ido!, la decepción y la tristeza los hubiera inundado no por mi sino por lo que
estaban esperando.
Vivencias
de amor, inolvidables momentos que compartí con los niños , experiencia única
que llevó a realizar mis sueños de sentirme unida a otras almas con todo el
amor del mundo.
Mi
espacio se colmó de sueños, momentos únicos, vividos con total intensidad, con
la esperanza de que el mundo a través de la palabra se inunde de amor, paz,
felicidad y unión entre todos.
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