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domingo, 18 de agosto de 2019

Sorpresa inesperada


Sorpresa inesperada,
¿qué viene por el sendero blanco
como papeles de rocío,
revoloteando el aire hacia mi?
Buscan mi nombre,
hurgan entre miles de huecos
de arcones con cerrojos
y llaves entreveradas en un ovillo metálico
que es imposible desatar.

Sorpresa inesperada,
como en un combate
con carcaj en nubes urdidas,
sueño que despierto
entre murmullos desnudos
donde la luz en mis pupilas congrega
la sangre en los sentidos y una tibia memoria
sin contornos descubre lo que esperaba ansiosa.

Sorpresa inesperada,
se mueve la distancia hacia ella
como alas batientes detrás de mi alma,
inútil que te busque y te persiga,
vendrás por el aire burilada
por el talón de arcángeles invictos.

Sorpresa inesperada,
mi corazón tiembla,
la duda me inunda,
¿es que acaso llegará a mí,
a pesar de todas las murallas que me envuelven
y me aprisionan en castillos de cristal?

Un miedo tibio padece lentamente mi alma
pero la esperanza lo cubre con mantos verdes
haciendo que el aire húmedo
me lleve a cielos de alamedas de cristal,
esperando en paz y sosiego.

Sorpresa inesperada,
se acerca despacio,
sin prisa,
sobornando las dudas que me acechan
que me quitan el hechizo de mis sueños.

¿Será verdad que me encuentra lo que más espero?
Mis manos se agitan,
angustiándose en el aire
en un largo alumbrar del movimiento.

Cae el pulso agitado de la sangre
sobre el plato sonoro del silencio,
quema la llama hirsuta de mi frente,
un ave de marfil en primer vuelo.

Sorpresa inesperada,
¿Vendrás a mí?
¿Me encontrarás en el instante preciso
en el que más te necesito?
Crece en mí,
una hiedra pálida de dudas,
ahogando en desazón el pensamiento
y deteniendo las horas de la espera
la ramazón elástica del viento.

¿Cuál es la sorpresa inesperada?
La que agita mi alma,
la que levanta la estirpe de mis cantos
y mi sangre convoca con apetencia
haciendo brotar de mi interior
las palabras con sonidos,
las frases de amor,
la que despiertan mis sentimientos más íntimos,
los secretos guardados con celo y artimañas
para que nadie los encuentre en el nunca jamás.

Sorpresa inesperada,
te reclamo,
te nombro para que me halles
y me sumerjas fija en este mundo
entre alegrías y cantos,
hacia mi interior donde el deseo reverdece.

Queda la incógnita,
lo no sabido,
lo imposible de anunciar,
el misterio no develado,
el ruego no escuchado,
la quietud inmóvil,
la soledad sin amor.

Sorpresa inesperada,
eres el solar de mi vida,
el deseo consumado aún sin serlo,
coronas los vientos serenados de mi vida
y haces surgir los cánticos unánimes
de mi frágil existencia.

Ya se acerca,
notas suben en números concordes,
el mañana me espera y con sones de oro
te proclamo dueña y señora del existir
en esta vida donde la sorpresa inesperada
nos conduce a dichas sin sonrojos
corriendo por la cifra de mi nombre
hacia el cuenco sellado de mi vida.

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