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lunes, 23 de diciembre de 2019

Quisiera estar


Quisiera estar muy dentro de mí,
en ese espacio secreto, íntimo,
donde conmigo misma juego
y me deleito con monosílabos,
 ideas, palabras, frases de amor,
que necesitan volcarse
con frenesí en pergaminos en blanco
o minúsculos trozos de papel
que vuelan con el aire
cual aves veloces surcando los cielos.

Mi alma trasluce amor,
 lo siento muy dentro de mí,
 me conduce suavemente
por sinuosas colinas verdes
o mares azules transparentes y cálidos.

Quisiera estar sumergida
 en hondos y misteriosos
lugares recónditos de mi alma,
sintiendo la soledad mía, tan mía,
que me embarga con dulce ternura
 envolviendo mi yo todo.

Quisiera estar llegando
hasta horizontes infinitos,
en las auroras plenas de colores
 o en los crepúsculos tardíos
que iluminan con diferentes matices
el cielo azul.

Quisiera estar buscando
 sin afanes, ni prisas, ni ansias,
el amor que me espera
en los confines del orbe.
Ese amor fiel, verdadero, único,
 incomparable, lejano pero cercano,
el cual anhelo con todo mi espíritu casto y puro.

Quisiera estar en ese lugar inimaginable,
resplandeciente de ilusiones
cual verde follaje de cipreses altos
y campos florecidos de amapolas,
lirios, alelíes, azahares
entre tus fuertes brazos
en un nido tibio de ternura y amor.

Quisiera estar rodeada de mantos brillantes
en una noche iluminada
por una luna resplandeciente
que baña nuestros cuerpos
con su luz de plata.

Quisiera estar tendida en tu regazo,
envuelta en tus brazos,
mi rostro inundado por tu mirada,
 tus labios pronunciando mi nombre,
los míos acercándonos aún más.

¡Cuánta felicidad nos enlaza
uniendo nuestros cuerpos y almas!
¡Loor a ti, Eros, Dios del amor!
La poesía nos invade,
recorre los cielos y las nubes,
 la esparcen por doquier,
uniendo corazones sensibles por una eternidad.

Quisiera estar volando alto
 hacia nubes viajeras
 para encontrar aún lejos el destino cierto,
 inolvidable, único,
donde las horas en silencio pasan
como estrellas fugaces con un ritmo lento y acompasado.

Quisiera estar en ese día
en el que nos encontraremos,
frente a frente, tristes
en el camino de la vida
y así ofrendarte todo mi ser.

No transitar por senderos equívocos,
 oscuros, misteriosos,
las huellas largas y angostas,
 sí por amplios horizontes claros
y resplandecientes
donde el amor renace cada día.

Quisiera estar reconfortada y calma
haciendo danzar en una danza sin fin
mis versos de amor sinceros y diáfanos,
uniendo tu alma con la mía,
solos tú y yo
en noches nostálgicas.

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