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lunes, 2 de diciembre de 2019

Quisiera que estés presente


Quisiera que estés presente
con el color de tus ojos o tu voz o tu risa.
¿Lo sobrenatural nació quizás contigo?
Hoy estoy pensando en ti…
como lo hice ayer y lo haré mañana.
Mi mente repite tu nombre, mis labios lo gritan,
mi cuerpo extraña el calor de tu cuerpo.
Te extraño, extraño el sabor de tus labios…
 extraño la caricia de tus manos.

Quisiera que estés presente, aquí a mi lado…
Quisiera poder besar tus labios y tomar tu mano.
Pero no puedo, no estás presente
y te busco en una búsqueda incierta, inasequible, eterna,
jugando con nosotros a será o no será.
Sé que te encontraré, estaré siempre al acecho
en las altas madrugadas por si cruzases
por mis soledades entre alas invisibles
que se cruzan y envuelven mi cuerpo esperándote.

Quisiera tenerte a mi lado en el frescor de mi cuerpo
enternecido donde la hierba
se siente ya iniciada entre musgo verde y recién brotado,
entre la sombra de los sauces inclinados.

Quisiera que estés presente
y te entregaría un poema de amor
como puñado de agua límpida,
entre un espejo agradecido
donde acontece tamizada la tarde.
Estaré contigo agradecida
de tenerte entre mis brazos
pero es ardua la empresa, la curva se endereza
y pienso que sin acertar el rumbo ni la escala
estaría mi cuerpo contra el tuyo
 en la alta luz que con ímpetu
resbalaríamos en nuestro nido de amor.

¿Cómo apresar la sosegada llama que te entibia los ojos?
¿O el frenesí que tu mirar proclama
cuando se incendia pródigo de rojos?
Quisiera que estés presente desvivida por besarte
y mi piel en este estío enamorado
tiembla como adolescente enamorada
y hasta mi corazón multiplicado, arde entre las ramas del cerezo.
Holló mi memoria en una espera cotidiana,
corriendo por mis venas mi amor para ti consagrado,
ajena a la honda espera que el tiempo riguroso sazona.

De repente, llegaste, como llegan las nuevas
que sacuden las entrañas,
 tiembla el aire, temblamos los dos tan sólo con mirarnos,
empañadas nuestras voces, quebradas nuestras alas
sólo sonrisas y cantos, besos sin fin hundiendo
nuestras cabezas confundidas entre nuestros regazos.

Quisiera que estés conmigo siempre ya
que hambrienta de tu amor estoy
y mi cuerpo puro y casto te reclama
fatigando mi corazón y mi respiro.
¡Quiero vivir los besos
con sensación de retorno siempre!

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