Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
Páginas
▼
lunes, 8 de abril de 2019
Bagaje de sueños
Bagaje
de sueños,
anhelados,
esperados,
buscados,
van conmigo,
me
acompañan,
los
siento dentro de mí.
El
camino por la vida
es un
largo peregrinaje
por un
sendero pedregoso,
solitario,
cubierto de trampas,
recovecos
y dolor.
Pero
tú,
eres el
bálsamo que calma
con tu
presencia uniendo nuestras almas
al
mirarnos frente a frente
con la
magia de tu sonrisa.
Con el
amor se vuela
hasta
las cimas más altas,
hasta
el cielo,
más
allá del mar,
hasta
el cielo de cristal.
Tú,
en mi
bagaje de sueños,
me
cosquilleas,
me
arrullas,
me
hacer arrumacos,
me
besas como colibríes
libando
las flores.
Cómo
podría regalarte mi silencio
sin que
el tuyo estallara en mi ser…
Cómo
volar tocando el sol con mi mente
si tus
alas no me ayudan a llegar…
Dime
amor,
¿por
qué yo te tengo
en mi
bagaje de sueños?
No
puedo dejar de sentir tu peso
en mi
morral sin tiempo ni pasado.
¿Cómo
tenerte y no tenerte?
¿Cómo
irme lejos de ti?
¿Por
qué entraste en mi vida?
¿Y cómo
te dejé entrar?
¿Cuál
es la razón
de que
nuestros destinos
se
hayan unido?
¿Existe
una verdad
por la
que nos encontramos
para
vivir este lapso de vida juntos?
¿Por
qué te quiero si no te conozco?
¿Por
qué se siente
el
alegre campanilleo
de
campanas de plata
cuando
nos pensamos sin vernos?
¿Cuáles
ecos de nuestras palabras
se
dilatan y flotan
en el
último confín del mundo?
¿Por
qué tu voz
como
una caricia
o como
un suave reproche
desgrana
en la calma noche
tus
palabras de amor?
¡Oh!
¡Qué
mundo de alegría llevo
en mi
bagaje de sueños
sintiéndote
como una nota única
que
como una ágil rima
repercute
en mi ser!
¡Retorna
siempre!
¡Abrázame!
No
dejes mi morral.
El aroma de tu piel
El aroma de tu piel recorre mi cuerpo en oscilaciones ondulantes
dejando en mi cuerpo tu perfume eterno del amor.
En el ayer y en el Hoy siento que me buscas con una luz de canto suave
y melodioso en una
escala de penumbras con una música en el aire, un murmullo apenas que
sonroja mi alma.
El aroma de tu piel me ha impregnado toda, siento el latir de tu
ausencia, tu voz sin sílabas
de otra voz lejana.
Te quiero cerca de mío,
mis puertas están abiertas para ti,
quiero tu rostro vuelto hacia mí,
en una escena más de nuestra vida.
Es mi sueño tenerte entre mis brazos tejiendo la trama de lo íntimo con
una aguja de cristal.
No quiero que el tiempo, araña voraz, desteje con saña lo por mí que he
bordado en tí con una
aguja de coral, ni que el sueño, inasible colibrí, se me vuele de las
manos alejándome de tí.
El aroma de tu piel ya no se diluirá más en la distancia, por el
contrario, me envuelve más y más, como remolino, donde confluyen todos mis
raudales, unos arrastran tiernos recentales,
otros se encrespan con furor felino.
Madrigales de amor nutren el confundido torbellino.
Incuba el pecho una avidez de trino, se alzan hondos relinchos
genitales.
Vendrás hacia mí buscándome infatigablemente desde el fondo de mi espejo
claro
donde mi eterno catalejo te pierde,
te encuentre, te construye, te reitera.
Quiero contigo vivir mi libre albedrío, no ser tu prisionera ni tu esclava,
sí quiero ser tu amante en instantes inolvidables y eternos.
El aroma de tu piel como respuesta a mi mudo ruego de mi ansiedad,
de esplendorosa inquieta escala,
el parapeto altivo de mi cuerpo y tu sudor viril y tu sosiego,
hacen despuntar , inédito, el temblor del fuego que enciendes en cada
latido de mi piel desnuda y cálida.
Necesito el dibujo de tus labios prietos en una madura respuesta a mi
mudo ruego de ansiedad de tenerte conmigo
“El
gozo de ser amado
Es
la impoluta confidencia
de
dos almas que han hallado
la
voz silenciosa del encuentro”
Lagrimas de Júbilo
Lágrimas de Júbilo invaden mi pecho como un manto salobre, traslúcido,
inquieto, dejándome en paz conmigo misma.
Mi silencio placido enardece al saber que tú quizás, Hoy, mañana,
quizás en este instante te acerques a mí y entre tus brazos me entregues todo
tu amor con mil te quieros.
Llegas como un barreno rápido y ardiente, horadando la noche y de
repente a punto de ser luz, te apareces aquí en nuestro nido de amor que te
esperaba ansioso, cálido y pleno de dulzuras leves y besos tristes, apasionados
y locos.
Lágrimas de júbilo que diseñan el paisaje a la distancia.
Vienes hacia mí sin impaciencia desde la llanura distante,
no te inmuta el fragor de los aludes,
ni el aire desafiante de la altura.
Atraviesas caminos solitarios prendiendo en mi pecho una golondrina que
en un aire leve sobrevuela mis lágrimas de alegría llevándolas a las alturas de
un infinito orbe.
Por un instante que mendiga otro, creí verte llegar hacia mí, mi júbilo
se enderezó, las rectas se cruzaban pero la eternidad en su mirar recala, es
frágil,
quiébrese con un férreo tañido de campanas.
Temblamos los dos y tiembla el aire en agitada espera.
Se nos empaña la voz
Se nos quiebran las alas,
quedamos los dos exánimes mirándonos desde lejos sin derramar ni una
sola lágrima de júbilo.
¿Es que todo se trastoca para unirnos en un por siempre?
Lágrimas de júbilo,
¿Por qué el destino o el azar
deben echar raíces en el erial de nuestro mapa de la vida?
Y ¿Por qué los designios de los ángeles al rozarnos se apagan?
Son cándidas interrogantes que en mis poemas de amor se asoman, se
inmiscuyen, son nimios presagios tan sólo lo suficientes para decir mucho, poco
o nada.
Mi alma sobrevolaba el aire ingrávido,
sobre el gris del otoño como una fresca pincelada blanca.
Iba y venía con alegría
misteriosa,
hollando de memoria el tedio de la espera cotidiana ajena a la honda
espera que en mi pecho
el tiempo riguroso sazonaba.
Y él llegó con su gris monótona sombra resurgiendo de la nada
¡Oh prodigio!
¡Oh milagro!
¡Oh cuántas lágrimas de júbilo!
Entre caprichosas señales y algún rojo encendido y algún verde sedante,
entre símbolos y escalas estabas entre mis brazos.
¡Al fin juntos, gracias al amor y al poema!
“En
el bosque de sombras
abre
un lucero
y
el ruiseñor alerta
presto
reclama al ángel del amor”