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Bagaje de sueños



Bagaje de sueños,
anhelados, esperados,
buscados, van conmigo,
me acompañan,
los siento dentro de mí.

El camino por la vida
es un largo peregrinaje
por un sendero pedregoso,
solitario, cubierto de trampas,
recovecos y dolor.

Pero tú,
eres el bálsamo que calma
con tu presencia uniendo nuestras almas
al mirarnos frente a frente
con la magia de tu sonrisa.
Con el amor se vuela
hasta las cimas más altas,
hasta el cielo,
más allá del mar,
hasta el cielo de cristal.

Tú,
en mi bagaje de sueños,
me cosquilleas,
me arrullas,
me hacer arrumacos,
me besas como colibríes
libando las flores.

Cómo podría regalarte mi silencio
sin que el tuyo estallara en mi ser…
Cómo volar tocando el sol con mi mente
si tus alas no me ayudan a llegar…

Dime amor,
¿por qué yo te tengo
en mi bagaje de sueños?
No puedo dejar de sentir tu peso
en mi morral sin tiempo ni pasado.
¿Cómo tenerte y no tenerte?
¿Cómo irme lejos de ti?
¿Por qué entraste en mi vida?
¿Y cómo te dejé entrar?

¿Cuál es la razón
de que nuestros destinos
se hayan unido?
¿Existe una verdad
por la que nos encontramos
para vivir este lapso de vida juntos?
¿Por qué te quiero si no te conozco?

¿Por qué se siente
el alegre campanilleo
de campanas de plata
cuando nos pensamos sin vernos?
¿Cuáles ecos de nuestras palabras
se dilatan y flotan
en el último confín del mundo?

¿Por qué tu voz
como una caricia
o como un suave reproche
desgrana en la calma noche
tus palabras de amor?

¡Oh!
¡Qué mundo de alegría llevo
en mi bagaje de sueños
sintiéndote como una nota única
que como una ágil rima
repercute en mi ser!
¡Retorna siempre!
¡Abrázame!
No dejes mi morral.

El aroma de tu piel



El aroma de tu piel recorre mi cuerpo en oscilaciones ondulantes dejando en mi cuerpo tu perfume eterno del amor.
En el ayer y en el Hoy siento que me buscas con una luz de canto suave y melodioso en una
escala de penumbras con una música en el aire, un murmullo apenas que sonroja mi alma.
El aroma de tu piel me ha impregnado toda, siento el latir de tu ausencia, tu voz sin sílabas
de otra voz lejana.
Te quiero cerca de mío,
mis puertas están abiertas para ti,
quiero tu rostro vuelto hacia mí,
en una escena más de nuestra vida.
Es mi sueño tenerte entre mis brazos tejiendo la trama de lo íntimo con una aguja de cristal.
No quiero que el tiempo, araña voraz, desteje con saña lo por mí que he bordado en tí con una
aguja de coral, ni que el sueño, inasible colibrí, se me vuele de las manos alejándome de tí.
El aroma de tu piel ya no se diluirá más en la distancia, por el contrario, me envuelve más y más, como remolino, donde confluyen todos mis raudales, unos arrastran tiernos recentales,
otros se encrespan con furor felino.
Madrigales de amor nutren el confundido torbellino.
Incuba el pecho una avidez de trino, se alzan hondos relinchos genitales.
Vendrás hacia mí buscándome infatigablemente desde el fondo de mi espejo claro
donde mi eterno catalejo  te pierde,  te encuentre, te construye, te reitera.
Quiero contigo vivir mi libre albedrío, no ser tu prisionera ni tu esclava,
sí quiero ser tu amante en instantes inolvidables y eternos.
El aroma de tu piel como respuesta a mi mudo ruego de mi ansiedad,
 de esplendorosa inquieta escala, el parapeto altivo de mi cuerpo y tu sudor viril y tu sosiego,
hacen despuntar , inédito, el temblor del fuego que enciendes en cada latido de mi piel desnuda y cálida.
Necesito el dibujo de tus labios prietos en una madura respuesta a mi mudo ruego de ansiedad de tenerte conmigo

                                                                                                              “El gozo de ser amado
                                                                                                              Es la impoluta confidencia
                                                                                                              de dos almas que han hallado
                         la voz silenciosa del encuentro”

Lagrimas de Júbilo



Lágrimas de Júbilo invaden mi pecho como un manto salobre, traslúcido, inquieto, dejándome en paz conmigo misma.
Mi silencio placido enardece al saber que tú quizás, Hoy, mañana, quizás en este instante te acerques a mí y entre tus brazos me entregues todo tu amor con mil te quieros.
Llegas como un barreno rápido y ardiente, horadando la noche y de repente a punto de ser luz, te apareces aquí en nuestro nido de amor que te esperaba ansioso, cálido y pleno de dulzuras leves y besos tristes, apasionados y locos.
Lágrimas de júbilo que diseñan el paisaje a la distancia.
Vienes hacia mí sin impaciencia desde la llanura distante,
no te inmuta el fragor de los aludes,
ni el aire desafiante de la altura.
Atraviesas caminos solitarios prendiendo en mi pecho una golondrina que en un aire leve sobrevuela mis lágrimas de alegría llevándolas a las alturas de un infinito orbe.
Por un instante que mendiga otro, creí verte llegar hacia mí, mi júbilo se enderezó, las rectas se cruzaban pero la eternidad en su mirar recala, es frágil,
quiébrese con un férreo tañido de campanas.
Temblamos los dos y tiembla el aire en agitada espera.
Se nos empaña la voz
Se nos quiebran las alas,
quedamos los dos exánimes mirándonos desde lejos sin derramar ni una sola lágrima de júbilo.
¿Es que todo se trastoca para unirnos en un por siempre?
Lágrimas de júbilo,
 ¿Por qué el destino o el azar deben echar raíces en el erial de nuestro mapa de la vida?
Y ¿Por qué los designios de los ángeles al rozarnos se apagan?
Son cándidas interrogantes que en mis poemas de amor se asoman, se inmiscuyen, son nimios presagios tan sólo lo suficientes para decir mucho, poco o nada.
Mi alma sobrevolaba el aire ingrávido,
sobre el gris del otoño como una fresca pincelada blanca.
Iba  y venía con alegría misteriosa,
hollando de memoria el tedio de la espera cotidiana ajena a la honda espera que en mi pecho
el tiempo riguroso sazonaba.
Y él llegó con su gris monótona sombra resurgiendo de la nada
¡Oh prodigio!
¡Oh milagro!
¡Oh cuántas lágrimas de júbilo!
Entre caprichosas señales y algún rojo encendido y algún verde sedante,
entre símbolos y escalas estabas entre mis brazos.
¡Al fin juntos, gracias al amor y al poema!


                                                                                              “En el bosque de sombras
                                                                                              abre un lucero                 
                                                                                              y el ruiseñor alerta
                                                                                              presto reclama al ángel del amor”