Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
Páginas
▼
domingo, 12 de mayo de 2019
Encuentro inesperado
Encuentro
inesperado,
fortuito,
sin esperanzas
de que
el amor único
fuera
el que se acercaba, acechaba,
con
ímpetus de pasión y deseo.
Mi alma
se sintió acongojada,
mi
mente colmada de pensamientos
incoherentes
y confusos.
¿Qué
sucedió en mi vida
que el
amor, el sentido,
se fue
y aparece otro,
no
deseado, no esperado?
¿Por
qué, amor no esperado,
llegas
sin avisar, sin decir nada,
como
ladrón por la noche,
con tan
sólo ansias desesperadas
de
estar junto a mí
con
promesas de hacer feliz
a quien
no puede impedir que entres?
Encuentro
inesperado,
llegas
arrasando con todos los sentimientos
que
están a tu lado
para
después irte
y dejar
vacío mi corazón,
y
tristeza en mi vida, gris y sin ilusiones.
No
quiero más
que
llegues a tocar
ni un dedo
de mis manos,
ni a
respirar a mi lado,
ni a
sentir el palpitar de mi sangre
corriendo
por mi cuerpo.
Tú no
eres ni serás
la luz
de mi oscuridad,
a pesar
de tu tenacidad
y
paciencia por serlo.
Encuentro
inesperado, no deseado,
te
quiero lejos de mí, muy lejos,
que las
distancias se muevan
como
alas batientes,
llevándote
al horizonte de tu vida, sin mí.
Vete
moviéndote con el viento
en su
susurrar, sosegado,
a
montes que su verdor
sangra
en el río.
Encuentro
inesperado,
con el
hombre que alguna vez
formó
parte de mi vida
pero
que un día cualquiera,
como
todos los amantes
abandonaron
el sentimiento,
se
dijeron adiós.
Él
encontró su camino,
yo
encontré un nuevo sentido
a mi
manera de construir mi sendero.
No hubo
propuesta ni un acuerdo,
todo se
entregó a la nada,
a lo
inconcluso,
sin
palabras,
uno
marcó una ruta,
yo
hablé con un suspiro.
¿Por
qué regresaste a mi vida?
No
quiero que ni roces mi cuerpo,
ni me
mires a los ojos,
mi amor
por ti se acabó,
sólo
dejaste un zumbido en mi alma,
palabras
sin prefijos,
vocablos
inentendibles,
una
dicción no percibida.
No
regreses más,
vete
más allá de la lejanía,
sin
distancia,
que
desaparezca mi nombre
recogido
de tu boca
que
antes era el color
en la
música del viento.
Encuentro
inesperado,
con
sabor insípido y roces furtivos
como
dagas en mi pecho.
Necesito
salir corriendo, agitada,
mojada
en frío, huyendo de ti,
el que
me hizo sufrir,
desgarrando
mi corazón.
Voy
hacia el camino
a una
libertad madura,
con
sabor a un amor de mariposas frescas,
hacia
la luz,
a saborear
la paz
en
espera del verdadero amor.
Candidez amorosa
Candidez
amorosa,
mis
pasos de alondra,
pisaron
el otoño húmedo
y te
sentí volar entre la fronda
indiferente de viejos pergaminos,
te
fuiste lejos,
a
lugares inciertos.
Quise
seguir tu vuelo solitario,
quise
amarrar mis ojos
a tus
amadas alas,
quise
rehacer mis dedos
con tus
plumas,
quise
volar cerca de ti,
entretejiéndome
entre
tus cálidas caricias.
Candidez
amorosa,
inocente,
crédula,
creía
fácil seguirte y tenerte cerca,
más tú
volabas, volabas…
Autómata,
juguete de papel y cielo
y te
tragaba el viento
y te
mordía la distancia luminosa.
Y yo,
soñaba… soñaba…
que
hoy… tal vez mañana…
quizás
un día
yo
sería la rama de tu nido.
Candidez
amorosa,
entre
trinos y cantos, versos y metáforas,
tejiendo nuestro hogar
para
ser tuya en nuestra rama
y donde
allí posarás tu piel
con el
ahogo de tu aliento.
Pero el
tiempo pasó,
lento, muy lento,
no hubo
nido, tú volaste…
Fuiste
un cuento, mi sueño,
mi
leyenda de otoño en serenata.
Candidez
amorosa,
cuando
mis ojos gritan tu nombre
en la
soledad de la distancia imperdible,
el
recordar el abrazo de tu piel,
de nave
humedecida,
me
sacude y me hiere,
me
desdobla y me eleva,
buscándote
en esa distancia lejana
donde
tú te resguardaste,
te escondiste.
Mi vida
es ahora
un
cielo trivial de sueños locos
que
llenas con tu aliento
de
viajero errante y taciturno.
Aprieta
mis deseos,
caliéntame
las carnes
con tu
pasión de viento.
El sol
será mañana
un
plato de lujurias
y tú
serás mi boca
y mis
manos desgajadas.
Candidez
amorosa,
¿adónde
me conduces?
¿Por sendas de ingenuidad,
candor,
inocencia?
Creo en
todo lo que me rodea
y a
veces agobiada, debilitada,
por creer en imposibles,
me
tiendo
en el
manto oscuro y plácido
del
campo abierto a la noche
y entre
las estrellas rutilantes
me voy en tu búsqueda
con tus
sueños y pensando imposibles,
que
nuestro amor como pájaro sin alas,
se
acurruca desarmado
en
nuestros cuerpos,
en
nuestras bocas,
en
nuestros corazones.
Candidez
amorosa,
canta
el río mojado de tipas
y
empedrada en la sed del silencio
se
consumen nuestras formas
fundidas en el tiempo inagotable.
Placeres
y gozos,
caricias que desgarra,
besos
que dibujan
nuestros
rostros temblorosos.
Es
nuestro amor
que
muere cada noche
para
nacer…
y volver
a morir a cada instante.
Amor
mío,
desboca
los temores indefensos,
mi
aliento con tu boca,
haz mi
piel con tus ojos de humo
y del mundo sin final
la comunión de una eterna entrega.
Ser
Ser
para ti lo anhelado,
lo
esperado,
el
amparo en tus momentos de tristezas,
la paz
en el umbral de tu vida.
Ser
fiel reflejo en la claridad
del
alto espejo donde nos miremos juntos,
llenando
tus ojos con el cielo infinito
del
sentir el mutuo amor
que
siembra en nuestros corazones
llamas
de rosas entregadas al viento.
Ser
tuya,
toda
tuya,
entregarme
en tus brazos cálidos,
perfumados
de espigas
y que
tus manos me guíen
a las
cumbres del lucero.
Ser el
reflejo de tu sonrisa,
flotando
en el devenir continuo de la vida,
tu paz
de intactos cristales
liberados
de ruidos y de sombras.
¡Ah!
¡Si
pudiera ser el manantial de tu dicha,
que
suavemente mane
para
sentirme amada y protegida!
Ser tu
espera y tu cercanía
para
que mis palabras
te
lleven a mi silencio
y entre
suspiros entrecortados
hacerte
sentir el amor que me inspiras.
Ser en
ti todo sentido,
todo un
pensar
y
grabarme en tu mente,
estar
en tu corazón,
en cada
latido y convertirme en tu presente.
Quiero
ser parte de ti
en todo
momento,
dejando
tus espacios libres
pero sí
podernos fundir en un mismo fuego,
ser un
solo cuerpo
en una
misma esencia.
Ser en
tu vida
algo
más que un instante,
algo
más que una sombra
y algo
más que un afán,
sí ser
en ti mismo
una
huella imborrable,
un
recuerdo constante
y una
sola verdad.
Ser en
tu vida
una
pena de ausencia
y un
dolor de distancia,
algo
más que una imagen
y algo
más que el ensueño
que
venciendo caminos llega,
pasa y
se va…
Ser en
tus labios la risa,
ser el
fin y principio,
la
tiniebla y la luz,
la
tierra y el cielo.