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Encuentro inesperado


Encuentro inesperado,
fortuito, sin esperanzas
de que el amor único
fuera el que se acercaba, acechaba,
con ímpetus de pasión y deseo.
Mi alma se sintió acongojada,
mi mente colmada de pensamientos
incoherentes y confusos.

¿Qué sucedió en mi vida
que el amor, el sentido,
se fue y aparece otro,
no deseado, no esperado?
¿Por qué, amor no esperado,
llegas sin avisar, sin decir nada,
como ladrón por la noche,
con tan sólo ansias desesperadas
de estar junto a mí
con promesas de hacer feliz
a quien no puede impedir que entres?

Encuentro inesperado,
llegas arrasando con todos los sentimientos
que están a tu lado
para después irte
y dejar vacío mi corazón,
y tristeza en mi vida, gris y sin ilusiones.

No quiero más
que llegues a tocar
ni un dedo de mis manos,
ni a respirar a mi lado,
ni a sentir el palpitar de mi sangre
corriendo por mi cuerpo.

Tú no eres ni serás
la luz de mi oscuridad,
a pesar de tu tenacidad
y paciencia por serlo.
Encuentro inesperado, no deseado,
te quiero lejos de mí, muy lejos,
que las distancias se muevan
como alas batientes,
llevándote al horizonte de tu vida, sin mí.

Vete moviéndote con el viento
en su susurrar, sosegado,
a montes que su verdor
sangra en el río.

Encuentro inesperado,
con el hombre que alguna vez
formó parte de mi vida
pero que un día cualquiera,
como todos los amantes
abandonaron el sentimiento,
se dijeron adiós.

Él encontró su camino,
yo encontré un nuevo sentido
a mi manera de construir mi sendero.
No hubo propuesta ni un acuerdo,
todo se entregó a la nada,
a lo inconcluso,
sin palabras,
uno marcó una ruta,
yo hablé con un suspiro.

¿Por qué regresaste a mi vida?
No quiero que ni roces mi cuerpo,
ni me mires a los ojos,
mi amor por ti se acabó,
sólo dejaste un zumbido en mi alma,
palabras sin prefijos,
vocablos inentendibles,
una dicción no percibida.

No regreses más,
vete más allá de la lejanía,
sin distancia,
que desaparezca mi nombre
recogido de tu boca
que antes era el color
en la música del viento.

Encuentro inesperado,
con sabor insípido y roces furtivos
como dagas en mi pecho.
Necesito salir corriendo, agitada,
mojada en frío, huyendo de ti,
el que me hizo sufrir,
desgarrando mi corazón.

Voy hacia el camino
a una libertad madura,
con sabor a un amor de mariposas frescas,
hacia la luz,
a saborear la paz
en espera del verdadero amor.

Candidez amorosa


Candidez amorosa,
mis pasos de alondra,
pisaron el otoño húmedo
y te sentí volar entre la fronda
 indiferente de viejos pergaminos,
te fuiste lejos,
a lugares inciertos.

Quise seguir tu vuelo solitario,
quise amarrar mis ojos
a tus amadas alas,
quise rehacer mis dedos
con tus plumas,
quise volar cerca de ti,
entretejiéndome
entre tus cálidas caricias.

Candidez amorosa,
inocente, crédula,
creía fácil seguirte y tenerte cerca,
más tú volabas, volabas…
Autómata, juguete de papel y cielo
y te tragaba el viento
y te mordía la distancia luminosa.

Y yo, soñaba… soñaba…
que hoy… tal vez mañana…
quizás un día
yo sería la rama de tu nido.
Candidez amorosa,
entre trinos y cantos, versos y metáforas,
 tejiendo nuestro hogar
para ser tuya en nuestra rama
y donde allí posarás tu piel
con el ahogo de tu aliento.

Pero el tiempo pasó,
 lento, muy lento,
no hubo nido, tú volaste…
Fuiste un cuento, mi sueño,
mi leyenda de otoño en serenata.

Candidez amorosa,
cuando mis ojos gritan tu nombre
en la soledad de la distancia imperdible,
el recordar el abrazo de tu piel,
de nave humedecida,
me sacude y me hiere,
me desdobla y me eleva,
buscándote en esa distancia lejana
donde tú te resguardaste,
 te escondiste.

Mi vida es ahora
un cielo trivial de sueños locos
que llenas con tu aliento
de viajero errante y taciturno.
Aprieta mis deseos,
caliéntame las carnes
con tu pasión de viento.

El sol será mañana
un plato de lujurias
y tú serás mi boca
y mis manos desgajadas.

Candidez amorosa,
¿adónde me conduces?
 ¿Por sendas de ingenuidad,
candor, inocencia?

Creo en todo lo que me rodea 
y a veces agobiada, debilitada,
 por creer en imposibles,
me tiendo
en el manto oscuro y plácido
del campo abierto a la noche
y entre las estrellas rutilantes
 me voy en tu búsqueda
con tus sueños y pensando imposibles,
que nuestro amor como pájaro sin alas,
se acurruca desarmado
en nuestros cuerpos,
en nuestras bocas,
en nuestros corazones.

Candidez amorosa,
canta el río mojado de tipas
y empedrada en la sed del silencio
se consumen nuestras formas
 fundidas en el tiempo inagotable.

Placeres y gozos,
 caricias que desgarra,
besos que dibujan
nuestros rostros temblorosos.
Es nuestro amor
que muere cada noche
para nacer…
y volver a morir a cada instante.

Amor mío,
desboca los temores indefensos,
mi aliento con tu boca,
haz mi piel con tus ojos de humo
 y del mundo sin final
 la comunión de una eterna entrega.

Ser


Ser para ti lo anhelado,
lo esperado,
el amparo en tus momentos de tristezas,
la paz en el umbral de tu vida.

Ser fiel reflejo en la claridad
del alto espejo donde nos miremos juntos,
llenando tus ojos con el cielo infinito
del sentir el mutuo amor
que siembra en nuestros corazones
llamas de rosas entregadas al viento.

Ser tuya,
toda tuya,
entregarme en tus brazos cálidos,
perfumados de espigas
y que tus manos me guíen
a las cumbres del lucero.

Ser el reflejo de tu sonrisa,
flotando en el devenir continuo de la vida,
tu paz de intactos cristales
liberados de ruidos y de sombras.

¡Ah!
¡Si pudiera ser el manantial de tu dicha,
que suavemente mane
para sentirme amada y protegida!

Ser tu espera y tu cercanía
para que mis palabras
te lleven a mi silencio
y entre suspiros entrecortados
hacerte sentir el amor que me inspiras.

Ser en ti todo sentido,
todo un pensar
y grabarme en tu mente,
estar en tu corazón,
en cada latido y convertirme en tu presente.

Quiero ser parte de ti
en todo momento,
dejando tus espacios libres
pero sí podernos fundir en un mismo fuego,
ser un solo cuerpo
en una misma esencia.

Ser en tu vida
algo más que un instante,
algo más que una sombra
y algo más que un afán,
sí ser en ti mismo
una huella imborrable,
un recuerdo constante
y una sola verdad.

Ser en tu vida
una pena de ausencia
y un dolor de distancia,
algo más que una imagen
y algo más que el ensueño
que venciendo caminos llega,
pasa y se va…

Ser en tus labios la risa,
ser el fin y principio,
la tiniebla y la luz,
la tierra y el cielo.