Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 2 de diciembre de 2019
Acepto tu partida
Acepto tu partida,
en esta carta que sé que nunca leerás,
te digo que eres libre, este nuestro amor,
se ha marchitado,
lánzate y vuela con el viento,
no te molestes por estar a mi lado.
voy detrás tuyo borrando tu recuerdo en
olvido.
te dejo ir aun deseando tu regreso,
al igual que a tus besos, tu piel y mis
lágrimas de felicidad,
sobre tu pecho.
La pérdida de tu amor,
hoy te dejo ir porque de nada me sirve
retenerte,
si tú estarás lejos de mí
y aunque decidas quedarte es mejor decir adiós,
cuando se va el amor.
Hoy te dejo ir, no de mis manos ni de mi vida,
te dejo ir a la deriva quizás porque es un
poema,
que escribí hace minutos,
voy detrás de ti borrado este recuerdo en
olvido.
La pérdida de tu amor,
te dejo ir aun deseando el retrato del ayer,
tus besos tus caricias, tus manos sobre
mis senos y mis lágrimas de amor sobre tu
pecho.
te dejo ir pero algún día nos vamos a
encontrar,
juntos con el límite de este tiempo.
Te dejo ir, tu partida es inevitable,
pero no olvides todos los momentos
maravillosos que vivimos juntos.
Abrazados, muy juntos, en nuestro nido de
amor,
cuerpo contra cuerpo,
besos por doquier, caricias por toda nuestra
piel,
dejando como plumas doradas un corazón
brillante en instantes inolvidables.
Hoy te dejo ir con el calor de mi amor
en tu corazón,
vientos levemente soplaran,
mientras en mi interior tus recuerdos arderán.
La pérdida de tu amor,
hoy lo acepto sin olvidar lo que vivimos,
seco mis lágrimas y miro tu vuelo,
estrella fugaz en el límpido cielo.
Bendita libertad ya que me tenías atada a ti
siempre,
ahora soy libre y por eso te dejo ir como el
viento,
sin latitud fija, como el rio entre las rocas,
como las palabras al aire,
no te preocupes mas no te buscaré.
No se busca lo que ya se tiene
y aunque decidiste alejarte sé que me
recordarás de por vida.
No olvidarás mis apasionados besos, mis dulces
caricias,
de nuestras noches de amor y placer,
de nuestros encuentros en nuestro lecho,
que ya te extrañan,
me conformaré con tu olor impregnado en cada
lugar
y en cada sábana,
olvidarás tu retirada por un momento,
pero recordarás esta alma que has llevado
contigo.
Herida en el alma
Herida en el alma,
que trata a diario de satisfacerse con la voz
del olvido,
gime con el placer de sufrir que fue amarte
y disfrutar en las noches pensando en ti con
todos los sentidos.
Tengo una herida que es desorden en el amor,
convulsiva la piel circúndate con sus yagas,
inunda los recuerdos con el dolor,
de
mantenerse abierta con el paso al mañana.
Herida en el alma,
tengo una herida en el alma,
que es sinfonía en el silencio,
juntando con su herencia de luto,
algo nuestro que relució como una luz
brillante,
en aquel cielo donde hoy por aquella
experiencia vive muerta.
Me duele tanto saber que te he perdido,
aunque la herida se tarde por cerrar…
Porque te quise tanto,
que el olvido no arribará jamás.
Herida en el alma,
son muchas las heridas las que el alma nos
laceran,
pero son las del amor perdido,
las que me agobian y desesperan.
Esta herida de amor que tu adiós me deja,
llegará un día,
a ser un dolor ausente,
un sabor lejano, de color transparente,
un adiós sin recuerdos, sin motivos ni quejas.
Hoy me mata lento, de a poco,
y en gotas tan despacio me mata,
que
aparenta ser eterno,
gigante, silente, sin refugio alterno,
páramo desolado que me azota y me bota.
Herida en el alma,
las heridas de amor que llevo dentro,
aquellas que aún sangran con el tiempo,
gritan y queman,
desde el cetro de esta alma mía,
como el tétrico silencio de los templos.
¡ay! si las heridas tomaran el camino del
olvido
Y la muerte de un destino,
diferente seria mi corazón
y no sufriría esta amarga desazón,
pero sé que mañana besaré otra boca,
alojaré otro abrazo,
serás frio recuerdo,
lejana noche,
sueño olvidado,
dejado, serás solo el silencio de un mundo
pasado.
Quisiera que estés presente
Quisiera que estés
presente
con el color de tus
ojos o tu voz o tu risa.
¿Lo sobrenatural
nació quizás contigo?
Hoy estoy pensando en
ti…
como lo hice ayer y
lo haré mañana.
Mi mente repite tu
nombre, mis labios lo gritan,
mi cuerpo extraña el
calor de tu cuerpo.
Te extraño, extraño
el sabor de tus labios…
extraño la caricia de tus manos.
Quisiera que estés
presente, aquí a mi lado…
Quisiera poder besar
tus labios y tomar tu mano.
Pero no puedo, no
estás presente
y te busco en una
búsqueda incierta, inasequible, eterna,
jugando con nosotros
a será o no será.
Sé que te encontraré,
estaré siempre al acecho
en las altas
madrugadas por si cruzases
por mis soledades
entre alas invisibles
que se cruzan y
envuelven mi cuerpo esperándote.
Quisiera tenerte a mi
lado en el frescor de mi cuerpo
enternecido donde la
hierba
se siente ya iniciada
entre musgo verde y recién brotado,
entre la sombra de
los sauces inclinados.
Quisiera que estés
presente
y te entregaría un
poema de amor
como puñado de agua
límpida,
entre un espejo
agradecido
donde acontece
tamizada la tarde.
Estaré contigo
agradecida
de tenerte entre mis
brazos
pero es ardua la
empresa, la curva se endereza
y pienso que sin
acertar el rumbo ni la escala
estaría mi cuerpo
contra el tuyo
en la alta luz que con ímpetu
resbalaríamos en
nuestro nido de amor.
¿Cómo apresar la
sosegada llama que te entibia los ojos?
¿O el frenesí que tu
mirar proclama
cuando se incendia
pródigo de rojos?
Quisiera que estés
presente desvivida por besarte
y mi piel en este
estío enamorado
tiembla como
adolescente enamorada
y hasta mi corazón
multiplicado, arde entre las ramas del cerezo.
Holló mi memoria en
una espera cotidiana,
corriendo por mis
venas mi amor para ti consagrado,
ajena a la honda
espera que el tiempo riguroso sazona.
De repente, llegaste,
como llegan las nuevas
que sacuden las
entrañas,
tiembla el aire, temblamos los dos tan sólo
con mirarnos,
empañadas nuestras
voces, quebradas nuestras alas
sólo sonrisas y
cantos, besos sin fin hundiendo
nuestras cabezas
confundidas entre nuestros regazos.
Quisiera que estés
conmigo siempre ya
que hambrienta de tu
amor estoy
y mi cuerpo puro y
casto te reclama
fatigando mi corazón
y mi respiro.
¡Quiero vivir los
besos
con sensación de
retorno siempre!
Torrente De Amor
Torrente
de amor
es un
fluir
del
sentimiento ardiente
que
vive en mí
desnudando
mi alma
frente
a tí.
Lenguaje
de armonías
flotando
en
nenúfares en flor
y por
al aire
revuelan
golondrinas
anunciando
nuevas
primaveras.
Ecos
halagadores
de la
eterna música
de la tierra prometida.
Torrente
de amor,
mis
manos
buscan
el agua fresca
de tu
manantial
en este
Hoy mío
pleno
de sensaciones nuevas.
Río,
bailo,
me desarmo
como
una nube soñando,
sueña que sueña,
canta
que canta.
Te bebo
con mi aliento,
toda
canción está en ti,
que
acuna en mis labios
el beso
que te
está aguardando.
Torrente
de amor,
agua que modela tus formas,
de tus
labios la sonrisa,
las
nuevas,
las no
estrenadas
que de
entre tantas una se alza
y mi alma
la reconoce,
es la
tuya.
Torrente
de amor,
se
desata la lluvia
con tu
ausencia a mi lado
y mi
corazón palpita
con la
esperanza de verte.
La
tormenta está aquí,
sobre mi pena por no tenerte,
¡pobre
herida de amargura!,
¡ven a mí!,
¡no me
dejes!
Torrente
de amor,
agua
clara,
cristalina,
nos
reflejamos en ella
y así
vivimos
este
idilio esperado,
que
como un rayo
entre
las nubes vibra,
buscando
las promesas
de los
ensueños
que
ofrecen tesoros
en tu sentir
y en tu
piel,
en
donde el soplo de la brisa
va
brotando
como
retoños recién nacidos.
Torrente
de amor,
límpido,
corriente
rápida
y
sonora
que nos
conduce
a
nuestro lecho de amor,
unidos
sin tocarnos,
sin
sentirnos,
sin
abrazarnos
en una
noche pletórica
de
armonioso vuelo.
Dejémonos
flotar,
cara al
cielo,
hundiéndonos
despacio,
hacia
lo alto,
en la
vida del aire
porque
seremos
náufragos
de los cielos.
Torrente
de amor,
rápidos
de agua tumultuosa,
te
llevan
y te
traen hacia mí.
¿Cuándo
estaremos juntos
para
entregarme entera a tí
en el
mar de tus pasiones
y arrancar de tu pecho
suspiros leves
como
temblores de pájaros?
Torrente
de amor,
empújame,
lánzame
desde tí
al
manantial de la dicha
que
suave mana
entre
sueños y esperanzas
llevándonos
a una paz intacta
y
cristalina
para
quedarnos
en
esplendores de luces
y
destellos brillantes
de mil
colores.
Torrente
de amor,
entregas el secreto de mi alma,
despertando
mis gozos escondidos
y
llevándome
a un
paraíso
solos
tú y yo.
Frontera del milagro
Frontera
del milagro,
experiencia
que nos lleva
a
través de lo verdadero
a vivir
lo no existente
en este
hoy,
sin
llantos ni pesares,
sólo
sintiendo
las
rosas de la caricia.
Frontera
del milagro,
a través de la luz pura
de los
vitrales
entrego sobre tu corazón
y el
río inquieto
de tus
pies y manos
mi vida
colmada
de
luminosas palabras de amor.
Me
estremece
el
pensar como un gran temblor
de
víspera y alba
que me
sientes llegar,
voy
derecha toda hacia ti,
sin
desatada prisa
pero
cruzando las fronteras del milagro
que me
impedían llegar
desnuda
y casta
hasta
tu pecho
que
elegí para abrazarte
igual
que escoge cada mar
su
playa o su cantil
donde
quebrarse.
Frontera
del milagro
que nos
purifica el alma
en una
vorágine de sentimientos,
pasiones
y amores
sin límites,
explorando
misterios ignotos
con la
fuerza de la energía
que
surge del amor
entre
cadencias poéticas
que
juegan entre sí
con
malabarismos alados.
Frontera
del milagro
que nos
hace ser un espíritu ligero
y sin
raíces,
entregando,
expresando,
encontrando
ese
resquicio misterioso
y
lumínico
desde
donde brotará
la flor de la esperanza
en un
amor renacido y total.
Cantando
sueños
que nos
hacen volver
a los
tiempos de antes
y en
tus estrofas amantes
revuelan
al son de guitarras sonoras
nuestro
pasado compartido
entre
latidos de amor.
Frontera
del milagro,
tesoro no esperado,
manos
que se cruzan
bajo la
luz de la luna
en el
momento preciso
en que se asoma
como
por descuido
la primer
estrella
apurando
en ese breve instante
la
inmensidad del tiempo.
Frontera
del milagro,
juntos,
muy juntos,
apaguemos
los espejos
de los
tristes recuerdos
gozosamente
sobre los lotos del olvido,
resonando nuestros pasos
en la larga acera solitaria
y se
pierden
en la
cinta del eco
enredada
en la cabellera de los árboles.
Frontera
del milagro,
el amor
nos acuna,
nos
mece entre palabras
dulces
y tiernas
en un
goce perfecto,
huyendo
de la raíz de los quebrantos
entre el fulgor de las luciérnagas
que
enciende nuestro nido de amor.
Frontera
del milagro,
en la red sutil del sueño
nuestro lecho es embarcación
que nos
lleva por los ríos del silencio
y sentimos que como cisnes de humo,
flotan
recuerdos y pensamientos
que
unen aún más
nuestras
almas
cuando
en las nieblas nos hemos perdido.
Frontera
del milagro
que
queda encendida
entre
tú y yo
la
lámpara que nos haga encontrar,
siempre,
el
sendero
para
que este prodigio de amor
nos una
siempre.
Angustia
Angustia
se me
remueve el alma,
destruyendo
mi corazón en mil pedazos.
Sufrimiento, opresión,
Y el llanto aflora como un mar salado
Entrecortado, a veces reprimido otras.
Angustia
Porque me ha herido, lastimado,
no el cuerpo si no el alma
con críticas severas o indiferencias absolutas.
Bajo mi piel,
¡qué viento enloquecido por valles de la sangre
y sus colinas, me estremecen un rosal de más espinas
que de fragantes rosas florecido.
El amor que parecía verdadero
Era tan solo un aparente resquicio de afecto.
Angustia
ante las sonrisas vagas que ofrecen
un espejo al revés de lo que es diáfano y verdadero.
Amor al prójimo.
Recorro mis sentidos sin orillas,
dudas entrelazadas
entre hiedras de desprecio,
de separación, del no querer estar conmigo.
Mi piel tiembla y la tormenta se vuelca en mi cuerpo.
Hay minutos en que parece que el firmamento cruje,
se desquicia y el camino se cubre de tinieblas.
Angustia,
nuestra alma mustia clama por amor
que me conduzca al sedero de la fe y la esperanza.
Si alguna vez la detracción me muerde
con rampantes odios de culebra,
en mi desprecio su ponzoña pierde su furia,
gasta y sus colmillos se quiebran.
Quien me hirió agote el arsenal de la impostura
y multiplique sus proyectos ruines,
Mientras las nubes vuelan en la altura,
Y se visten de fiesta los jardines.
Todo asciende.
Soñando con las flores,
despiértese la sabia milagrosa
y sonríe en la gracia de la rosa.
Y a fuerza de soñar la angustia se desvanece,
El amor con fuerza y poderío se adentra en mi alma
y soy feliz al tenerlo conteniendo mis dolores
y mis decepciones que cobardes
y falsas quisieron destruirme
pero no pudieron
te quiero siempre a mi lado mi amor,
te necesito, no te alejes mas de mí.