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miércoles, 5 de febrero de 2020

Armonía de espíritu




Armonía de espíritu, es estar bien con uno mismo
dentro, muy dentro, con todo el amor que nos inunda cada día
y a veces como hoy, un manto salado inunda mi alma.
La vida debe vivirse con amor, mucho amor,
darlo a raudales a cada uno que siente el vibrar de él
y le llega a través de una mirada,
una caricia,
un beso que vuela en el aire ondulante
y llega a donde debe posarse.
Armonía de espíritu que permite percibir
los clamores de los que ríen o lloran
y debo apurar en un breve momento en la inmensidad del tiempo
llegar a ese dolor,
a esa pena,
a ese amor,
para que sienta que nadie en este mundo está solo.
Armonía de espíritu,
plena del goce del vivir soñando siempre
bajo ese sauce lánguido de la noche
y despertar como desnuda por dentro
con ansias de amar y ser amada.
El ángel de la luna me protege,
me cuida invariablemente
a mis espaldas,
haciéndome sentir el capitán de un buque prófugo
recorriendo el océano de la vida
de verdes amapolas angustiadas.
Armonía de espíritu, la calma apacigua el alma,
sin suspiros hondos,
esos que surgen desde dentro
y no tienen un sentido,
¿son por añorar?,
¿por anhelar momentos vividos?,
¿por amor del pasado o del Hoy, o de este presente?
El alma canta, canta despacio,
busca poesías de amor que surgen solas, sin un por qué,
solo necesitan llegar a un papel en blanco,
o a una canción, o a una tonada.

                                                    “Allá voy con mis delirios
                                                    a clamar por la paz
                                                    del alma y del amor tan deseado”





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