Reencuentro
con mi vida,
poco a
poco
te vas
acercando a mí
y mi
vida renace,
una y
otra vez.
En mis
noches oscuras de silencio,
deseo
tenerte junto a mí,
para
sentir,
aunque
sea de lejos,
el
dulce néctar que tienen
tus besos
con sabor a miel.
Te
quiero junto a mi,
no
rompas el volumen de tus besos
en la
puerta del viento en su armonía.
Reencuentro
con mi vida,
al
sentir el sabor a ti
y ahí
estás,
rezagando
mi camino,
ancla de oro y cadena de mis anhelos,
piel que adorna el pulso de mis ojos,
cruz
que agrieta
en
trozos acrisolados
las
nubes contra el cielo.
Reencuentro
con mi vida
como
agua lenta,
sí pausada, sí cantada,
se
allega por tus manos a mi pecho.
¡Oh río
sin espumas,
tan
bravío que moja
las
veredas de mi cielo!
Mientras
las estrellas ríen y guiñan,
mis
suspiros
se
vuelven entrecortados y estremecidos
desde
el fondo de mi alma,
cuando
tú, deliciosamente
me
acaricias y no me dejas ir de tu lado.
Reencuentro
con mi vida,
esta
mujer poeta, en la noche y en tu hora,
rodeada por las tinieblas del ocaso,
vibra y tiembla pensando en ti.
Escribiendo
poemas, poesías.
colmadas
de amor
para
que al extinguirse el último, sagrado,
son de
la campana,
levántense
desde el fondo del alma
las visiones de ayeres olvidados,
poblados de sombras
en el
ambiente pasado.
Reencuentro
con mi vida,
hoy
pensando en ti,
en el
verdadero amor
duermo
más profundamente
sin que el sueño de la mentira me consuma.
Reencuentro
con mi vida,
te
tengo a mi lado como mi guía,
mi
protección, mi cayado,
mi
amante ideal
y
después de tanto andar,
atisbando
entre las nieblas vespertinas,
no
perderé el camino
por la
ilusión de dejar de verte.
¡En
verde valle umbrío
aún estamos
juntos!
¡Qué
collados nos amparan y ocultan!
¡Qué
ramas sumergidas
en
niebla y cielo
nos
protegen y cubren nuestro nido!
Reencuentro
con mi vida,
cuando
la tarde apaga sus colores
y los
astros encienden sus lumbreras
y se
duermen las aves y las flores,
estoy contigo, amado mío
y
resurgen los sentimientos
en
grupos de ternuras,
delicias,
besos, caricias.
¡Cuánta
esperanza!
irradia
aún desde las sombras
el
reencontrarnos otra vez
y
caminar juntos,
manos
entrelazadas,
pies juntos y desnudos
por la
senda de ésta, la vida nuestra
siguiendo unidos el ideal
que en
breves instantes tan sólo se alcanza.
Reencuentro
con mi vida,
hoy ya
juntos
se
apartan temerosas
como
evitando el borde de un abismo
las promesas no cumplidas,
teniendo
ambos la ilusión como guía.
Eres mi
santa inspiración,
yo tan sólo tu mujer poeta
pero
juntos hallamos
la fuente bullidora del Amor
que
desciendo por diáfanas escalas
en un
lenguaje sonoro
en el
silencio azul de las etéreas alas.
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