Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 3 de enero de 2020
Recuerdos del pasado
Recuerdos
del pasado,
Señales
advenedizas y trágicas
Que
raudamente vienen sin saber por qué.
¿CUÁL es la razón de este cambio
Absoluto
y total?
¿Por
qué el pasado viene a cambiar el presente?
Mi
vida blanca de tristeza,
Es
luz todo dolor
Y
aún el amor me inunda
Y
me hace recordarte…
Como
mi gran soñador.
Recuerdos
del pasado,
Mi
fantasía con audacia, inquieta y mágica, sin cesar
Busca
la paz interior,
Aún
sintiendo el dolor interior Y más profundo
En
la nocturna soledad secreta.
Recuerdos
del pasado,
No
obstante este HOY sangrante y doloroso,
Entre
los sueños peregrinos prosiguen
Con
voluntad férrea y tenaz por el desierto humano
Que
comencé en el AYER, va poco a poco superando…
Hacia
la esperanza del cambio.
Y
aunque no llegue nunca a los serenos
Doseles
de las palmas, por lo menos
Más
cerca de ellas cavare mi fosa.
Recuerdos
del pasado,
Y
aún a pesar de mi ánimo sin decaimientos,
Mi
mar de llantos busca en mi interior
Las
frases,
Las
palabras de amor,
La
poesía que emana de mí hacia el mundo real,
Que
a veces esta partido.
Recuerdos
del pasado,
Soy
una vagabunda del cielo y de la tierra,
Y
el lenguaje sutil,
Cuando
los cristales duplican sus colores,
Mi
ánimo se levanta hacia lo alto,
Superando
todos los obstáculos,
Que
me hieren y lastiman.
Soy
una página en blanco
Y
no encuentra en estos instantes de dolor…
Los
poemas que están en en el aire perdidos,
Allá
en la lejanía.
Recuerdos
del pasado,
No
regresen a este HOY,
Busco
el amor,
La
paz en todo mi existir,
Y
sé que pronto llegarán.
El espejo de agua
El espejo de agua,
allí donde me inclino
y veo mi rostro arrebolado
por el amor que por ti siento.
Mi espejo, corriente por las noches
se hace arroyo
y se aleja de mi cuarto.
Mi espejo más profundo que el orbe,
es un estanque verde en la muralla.
El espejo de agua refleja sobre sus
olas,
bajo cielos sonámbulos
mis ensueños que se alejan como
barcos.
De pie en la popa siempre te veré
cantando,
una rosa secreta nace en mi pecho
y un ruiseñor aletea en mi piel.
El espejo de agua
nos da signos que había en el aire,
había presagios en el cielo,
tenía que brotar la gracia de repente
con sus pasos de gloria.
El espejo de agua
traía la belleza de quien sabe dónde.
Venia hacia mis ojos
con su andar esbelto, seguro de su
tiempo…
Es la ley misteriosa que de pronto se
encarna
y se hace realidad en un instante.
El azar se presenta con
todas sus fuerzas invisibles.
El azar con sus constelaciones
desatadas
que súbito se anudan
para cumplir con un destino
en las piedras lentas.
El aire vibra con los sonidos
de la vieja flauta.
Un dulce amor ha nacido en el mundo
a través del espejo de agua.
Está por llegar, él, él único,
no está muy lejos, ahí viene
sobre dos pies alados, envuelto
en su música y en su canto
de nardos y de bosques.
Está cruzando el cielo, atravesando
mares,
volando envuelto en ilusiones.
Y al llegar por el espejo de agua
nuestras
miradas se cruzan,
canta una árbol nuevo,
dos manos se entrelazan,
dos anhelos se encuentran,
dos angustias se hablan en secreto.
¿Por qué razón?
Sólo los signos y el azar lo saben.
Dos corazones reconocen su impulso
ciego
y el camino que se abre al infinito.
Los ojos se adivinan,
se entornan suaves,
saben que juntos van a mirar el mundo.
Los labios se presienten,
palpitan como flores
que empiezan la jornada
¿Son besos?
¿Son palabras?
¿Es un cambio de ideas a través de los
años?
¿Por qué llegas tan tarde a mi jardín?
¿Por qué no apresuraste la marcha en
las tinieblas?
¿Con qué derecho el tiempo separa la
flor
del árbol que era suya?
¿Por qué poner distancia en los años?
No sabes acaso que esta mujer te
aguardaba
cansada de cantar y llamarte.
¿Serás mi estrella entre la vida
y la muerte sorprendida?
¡Ven hacia mí entre mirtos y
mármoles profundos!
Desdén
Desdén,
palabra no
pronunciada
cuyo significado hace
estremecer mi alma,
nunca lo sentí
en ningún momento de
mi vida
hacia nadie,
pero en este instante
surgió en mi mente,
¿cuál es la razón?
Desdén,
es lo que conmueve
las fibras
más íntimas de mi
ser,
es el desaire que a
veces por instantes
inunda nuestras almas
por el dolor que
alguien nos provocó.
Si se acerca el
desdén
muestro desprecio
poniendo a prueba el ingenio
con sagaces aforismos
que me llegan
subrayados
con significativas
miradas de envidia,
celos, menosprecio,
a los que respondo
con total
indiferencia
sin inquietarme un
ápice,
sin juzgar actos y
pensamientos malsanos,
me inunda una
tolerancia objetiva
hacia su existencia
y por segundos me
invade
un profundo
desagrado.
Frío desdén,
mi rostro llevado del
desprecio
y la diversión esboza
una expresión de ira
y amargura
que dura tan sólo un
instante
ya que vuelvo a ser
yo,
la pura mujer poeta
que es totalmente ajena
al mundo material que
me rodea.
Mantendré con aguas descendidas
por las fieles
veredas de mi pecho
todo el amor que me
inunda
cuando el cielo se
afila
al conjuro de un
sutil cosquilleo
de flautas que alejan
de mí sentimientos
malvados.
La última estrella
remisa
abandona su puesto de
guardia
desde donde los
ángeles
me protegen y cuidan
para que mi alma
encendida y liviana
lleve su amor por
doquier.
Desdén,
no estás en mí tratando
de sacarme de mi vida
casta
para arrástrame con
sed de verme
en el silencio del
mundo
de las sombras
miedosas,
delgadas, oscuras,
para que me interne
en el inframundo
de lo desconocido.
No lo lograrás,
la luz brillante me
envuelve
en el gran aire vacío
de dudas,
dolores, penas y
soledades,
entre azares sin
respuestas.
¡Qué gran plenitud
vivir en paz y armonía
desoyendo las
palabras sin color,
tan vagas como las
sombras!
Entre jazmines,
rosas, azucenas,
alelíes,
están los nombres de
los que no mienten
ni hacen daño ni te
hieren,
mientras haya cantos
en la oropéndola,
la vida es felicidad
plena.
El futuro es
distancia,
no deseo perderme en
lo venidero,
quiero acercarme a mi
presente
sin desdenes que me
acosen
en las largas
dulzuras del minuto
de tiempo al tiempo,
sin torpes
atropellos,
entre quietudes y
calmas,
el alma se enaltece
en búsqueda de la
verdad.