Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 24 de enero de 2020
Soslayo de amor
Soslayo
de amor, mi alma se acuna entre la inmensidad
de
nuestra excelsitud inconmensurable de habernos encontrado,
sin
palabras, sin tactos, en esta inmensidad del orbe.
¿Por
qué contigo mi corazón se estremece sin siquiera conocerte?
¿Cuál
es la razón de que en mi existir pleno de mi conciencia
aparecieras
tú, el desconocido?
Me
siento protegida por brazos que no me enlazan,
amada
por labios que no me besan,
por
manos que no me acarician.
Te
pienso en cualquier instante
y
sé que es el mismo momento en que tú también me piensas.
Es
para ti que escribo mis poemas de amor, mi amado lejano,
tú
el que me escribes con palabras dulces a veces, irónicas otras,
tú
el que me robó el corazón desde la lejanía.
Soslayo
de amor, con un atisbo de conexiones inexistentes,
Voy
volando entre nubes hacia ti, hacia tus manos, sola,
noche
tras noche.
Andaba
yo como entre sollozos de belleza,
escribiendo pedazos de palabras, sin haber escuchado tu voz pienso que dulce y
armoniosa.
Mi
corazón palpita besos que guardaré para un mañana,
mi
boca busca la tuya como un ave de paso.
Mis
palabras sentidas son para que volemos juntos
a
otras esferas en búsqueda del placer de estar juntos.
Aún
en la distancia te amo y me invaden dulzuras inefables
que
me colman de felicidad y nostalgia.
¡Acércate,
atrévete a sentirme tuya enteramente en cuerpo y alma!
Juntos,
muy juntos, quizás en un Hoy del mañana,
estaremos
unidos por lazos indestructibles entre miradas arrulladoras por cánticos
melodiosos.
Atravesaremos
juntos el muro de los océanos del tiempo,
agitando
el aire diáfano que nos une.
Vivo
y viviré pensado en ti, el ausente, vislumbrándote entre las tinieblas que nos rodean,
te quiero junto a mí que por un milagro mágico pudiéramos estar juntos por
lapsos tenues ni vividos, catando la vida en éxtasis breves y plenos de dicha.
Soslayo
de amor, somos tú y yo raíces ondulantes de la primera voz,
formas efímeras del espacio.
Necesito
tu voz junto a la mía para ofrecernos cantares del tiempo y borremos al fin la
distancia que nos separa.
“Poema,
palabra que nos acerca al amor,
mientras vivimos ausentes”
Recuerdo mágico
Recuerdo
mágico, el nunca olvidado,
el
instante de que tú y yo entre el follaje de umbríos bosques de sauces llorones
y ceibos florecidos,
nos
vimos por primera vez.
Tú
mirada azul intensa y llameante
iluminó
mi alma que estaba desprotegida y asfixiada
por
la pena y anhelos no cumplidos.
Pero
de pronto, en ese preciso momento,
nos
encontramos en un entorno pleno de ruidos no escuchados,
de
conversaciones amortiguadas,
de
complicidades no deseadas,
fue
la magia pura que ángeles, duendes o gnomos ,
no
lo sabremos nunca el por qué nos hizo encontrarnos.
Nuestras
mentes se hablaron,
sentía
tu voz cálida y tibia en mi corazón
y
tú recibías mi alma pura y casta
que
nunca había conocido al amor.
Sorpresivamente
el aire se pobló de arrullos,
derramando
el fulgor de luciérnagas
y
de miles de aves que nos llevaban lejos,
al
lugar nuestro, sólo nuestro.
El
instante fue el Hoy esperado desde nuestro eterno pasado.
¿Cuál
fue la causa de este recuerdo mágico?
Ser
tu amante de siempre
en
la hiedra de los besos apasionados, placenteros.
Tú
me llamaste sin sonidos
en
un blanco sendero pleno de besos de nieve
que
en tus manos portabas.
Y
me apoyé en tus hombros de juncos
hasta
pasar de una vida sin destino
y
pleno de sombras que me habían herido con feroz lanza
a
esta luz nueva contigo
en
nuestra, sólo nuestra alta morada.
Recuerdo
mágico, con los ojos nos buscamos, penetrantes,
en
un instante preciso y único en el que ambos estábamos viviendo una vida
traicionera y falsa.
Ahora
la blancura vacía se puebla de recuerdos no teñidos,
la
recorren presagios sonrosados
y
brota en ese lapso inmortal
una
masa de sueños que inventa tu figura
que
esperé en vano.
Recuerdo
mágico que jamás desaparecerá entre nosotros como una siembra soterrada y suave
en nuestros instantes del existir.
“Allí en la oscura noche
cuando el silencio lo permite todo
aparece la vida
como suspiro en eco”
Desilusión inesperada
Desilusión inesperada, sorpresiva, tempestuosa,
sin causa ni motivo,
cual razón si nombre.
Desapareciste en la nada,
como en un abismo sin fondo,
en el cosmos virtual de la distancia.
Eres todavía un agua de lento recorrido,
espacio repentino de la ausencia que aprendí a traspasar con ambas
manos sin tocarte.
Desilusión inesperada, creí en ti
En tu protección.
En tu apoyo.
En tu humor ácido y ocre,
Y hoy, sin saber por qué eres sólo una rama breve apenas,
el crujir del eucalipto o del ciprés,
entre los dedos agitas levemente casi sin querer
mi liso espejo de mi mente por tu estancia en mí
y tu ausencia se siente acercándose sosegada,
sin anhelos ni esperanzas,
de que un instante del mañana flotes otra vez hacia mí.
pero es inútil, por todas mis fantasías
de mi mente afiebrada,
sé que no volverás a mí,
como en aquellos momentos mágicos
en los que me decías bajito:
¡Muchachita mía!
Sigo aún hablando al légamo lejano
y aún en mí una luz de amor me trasciende
y me digo a mí misma:
¡No pienses más en él!
¡No pienses en su figura legendaria!
¡No pienses en su sapiencia aparente!
¡No era nadie!
¡No lo será jamás!
eran palabras tan solo,
palabras falsas, que se envolvieron en una nube alta donde no hay ángeles,
no hay fuego,
ahora él es tan solo un destierro,
apenas una rama breve que perfuma.
Desilusión inesperada, equívocos que vivirán en mi alma,
me adormeceré apenas con tu tenue recuerdo.
Ahora ya casi no distingo nada de ti,
no eras más que cenicientas aguas, desnudos árboles que cubrían con luz
plomiza,
y un triste esplendor de sol hiriente y alto,
como la tapia fallida que se derrumbó a tus pies.
Mis poemas de amor, más leales y sinceros se acercaron hacia ti
tratando de apresar tu verdadero rostro,
desentrañando las esenciales líneas donde tu fuego y el aire acatan y
en los arrabales del alba espío el
múltiple venero donde emerge a raudales la falsedad,
la traición, la mentira
y desaparece poco a poco toda la luz que quise entregarte a ti, el
desconocido
pero es ardua mi lucha interior, mi desasosiego,
la recta que creí sincera,
se espirila,
la curva de mis sentimientos ambiguos se endereza sin acertar el rumbo
ni la escala.
y la alta imagen que tenía de tí con su luz, tropieza
y en su ímpetu resbala, solo queda tan solo ¡Un adiós!
“!
Que feliz me siento
con
mi extraña culpa
de
creer e ti!
¿Podrás
decir lo mismo de la tuya?”