Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 23 de febrero de 2020
Mi mundo eres tú
Mi mundo eres tú,
soy tu amada amante
que sueña despierta.
Amor de otoño
que hace huir el ocaso.
Amor…
¿oísteis?…
Amor
¿Acaso no ven
como arde todo a su paso?
¡Himno de fuego
que el sol levanta
y amor que todas las cosas canta!
Mi mundo eres tú,
quiero estar junto a ti,
la impaciencia me desborda la mirada,
se me parte la distancia buscándote.
Necesito el roce de tus manos
y tiemblo impaciente
por reconocer tu rostro
sólo con tocarlo.
Mi mundo eres tú,
voy haciendo surcos en el aire,
embelesada y llena de mágicas
palabras de amor
que la brisa lleva hacia ti
y se vuelcan después
en el papel mágico
que las esperaba anheloso
y dichoso de plasmarlas en frases,
palabras,
poemas, prosa,
que llegan por el aire
al orbe todo.
Mi mundo eres tú,
te he elegido a ti
con mi mano sobre mi pecho.
Frente a ti desnuda
como ninfa encaprichada,
no me envuelvo en sus gracias
más que ella,
negándome a las
telas,
brocados,
sedas que sólo cubren
tristemente las ajustadas
estrofas del amor.
Mi mundo eres tú,
la dicha contigo está segura,
ahí a tu lado,
la vida que se
para en el HOY
es la inmortal,
la que acepta vivirla a pleno.
Eres el elegido,
como al agua más clara,
más perfecta,
en la mínima esfera de la gota
que no es en infinitudes de océano.
Mi mundo eres tú,
había perdido por siempre
la esperanza de encontrarte,
tú allí lejos,
yo aquí,
esperándote,
pero al sentirte cerca
eres como una flor
de cielo dormida a mi costado.
Tendiendo en el follaje verde del campo,
mi cuerpo descansa,
me quita ligaduras del ayer y del polvo,
me levanto para el limpio canto junto a ti.
Mi cuerpo ha madurado,
como fruto mágico
esperando tus lentas caricias
que como abanico de espuma
me cubren suavemente,
deseando el beso cien veces repetido
que me cubrirán tus labios.
Mi mundo eres tú,
voy abriendo para ti
el tupido follaje de mi misteriosa
selva tras las calandrias
y rosas de primaveras lejanas.
Y me siento casta,
transparente,
serena,
como la inmensidad verde y azul
que me abraza,
mientras te espero convertida
en puente que al infinito
por las olas salta.
Imagen viva
Imagen
viva,
gaviotas
de luz
chisporrotean
sobre tu cabeza erguida.
Mis
manos te buscan
para
acariciar la plata fina de tu pelo
en el
que me cobijo y bruñe
como
una luna de acero
cincelada
en filigrana.
Imagen
viva del amor
que
refulge con luz propia
cuando
estamos juntos
¿qué
tejerá tu memoria madura
de
andar los tiempos,
de
dibujar los caminos
por
donde viniste andando,
buscándome
con prisa
para
aprisionarme en tu pecho?
Imagen
viva,
espejo
atiborrado de recuerdos,
tu
frente estirada en hilos y cenizas
que el
amor colmó
cada
segundo de nuestras vidas.
Imagen
viva
de
horas vividas
en las
que nos buscamos,
uniendo
nuestras manos
entre
nuestros ojos confundidos
y
caricias que juguetean
como
viento escondido en el follaje.
Imagen
viva,
estamos
juntos
consumiendo
nuestros temblores,
desde
esta distancia tan presente.
Imagen
viva,
entre
besos de plata
y
lágrimas encendidas de amor.
Enciende
la leña de tus brazos
para
recibirme entre tus manos.
Rezumas
por mis tiempos vacíos
y mis
sueños ocultos.
Imagen
viva,
seduces
mis formas de arco iris
iridiscentes
al estar junto a ti
cuando
me regalas el trébol
y el
aroma de tus manos
y me
sacudes con el aliento
de tu
brisa azul y ágil.
Imagen
viva,
la
tarde de nosotros dos
se
inunda en un fuego dilatado
donde
se ahogan las ansias
sobre
la nada y juntos,
muy
juntos apagamos lejanías
entre
suspiros y voces
de dulces
y mieles floridas.
Imagen
viva,
no es
tu voz ni el espejo de mi voz,
es un
canto de pájaros picoteando aleros,
jugueteando
indiferencias.
¡Qué
sensación tan profunda
de esta
imagen viva
que nos
trasporta a altas nubes
en
vuelos de amor pleno!
Imagen
viva,
entre
los dos el silencio
en
galopes de plata y música
nos
inunda entre nuestros brazos
y
manos.
Imagen
viva,
donde
amarramos nuestros ojos
a
nuestras alas para volar,
volar
lejos para ser llevados por el viento
a
nuestro mundo de otoños
húmedos
de amor.
Sin
quejas ni llantos,
sí en
dorados espejuelos de nácar,
nuestras
imágenes vivas
elevarán
nuestras almas a ámbitos puros,
sublimes,
luminosos
donde las dudas
y
temores de ser heridos
desaparecerán
por siempre
y
viviremos un presente
con
pasados olvidados.
Desaire
Desaire,
palabra
despectiva,
arrogante,
que no
significa nada
si uno
la encuentra
y no
sufre por ello.
Pero de
pronto
aparece
en un poema,
en un
verso de amor
y esto
confunde mi pensamiento
porque
aunque en mis prosas
la
verdad encuentro miles de objeciones
resuenan
en mis adentros.
Es
verdad que en muchas estrofas
las
palabras con desaire se claman,
más en
el fondo
se sabe
que son nubes de humo
para
ocultar los verdaderos sentimientos.
Sentimientos
que están llenos de dolor
por el
desdén recibido,
el
desgaire que nos llega,
la
indelicadeza que nos roza,
perdemos
lo más preciado:
el amor
que nos rodeaba
y a
pesar de que los versos
nos
hacen pensar que lo que se
ha
perdido no debe doler
ni
llorarse amargamente.
En
realidad
las
frases que resuenan en mi mente
gritan
lo contrario
porque
encontrar en el camino
desatenciones
no merecidas,
no es
un instante para recordar ni sufrir.
Lo que
se siente duele
tanto
que es mejor convertirlo en coraje
para
que el daño desaparezca,
se
disuelva en la nada
hacia
lugares recónditos del alma.
Voy
tras el camino
tras
una libertad absoluta,
allá
voy con mis delirios
como
una ciega luz
de una
noche oscura.
Desaire,
enredado
en hilos con el viento
para
que deje de existir en mi vida.
Voy en
búsqueda del amor
con miedo
a amar
y
dejarme amar,
miedo a
pasión desbocada,
miedo a
besos furtivos,
miedo a
ser ramas entrecruzadas
bajo
las ramas confundidas
de los
ligustros anhelantes.
Miedo a
ser naturaleza viva
en la
naturaleza real que me rodea.
No
quiero avanzar contigo en tinieblas,
sí
claridades buscar juntos,
a
ciegas
y nos
hallaremos envueltos
en
redes de preguntas
y ecos
que contesten
en una
entrega total,
en una
plena donación de vida.
Desaire
que se ha ido lejos,
sólo
busco claridad
a
través del misterio
nunca
bastante claro por desnudo
que
esté en las tinieblas sombrías.
En este
tiempo medido con ensueños
¡al
fin! te veo llegar,
vienes
de la nada tormentosa hacia mí,
colmadas
tus manos de ansias y caricias.
¡No más
se acerque a mí el desaire!
en
oleadas de vientos y nieblas
la
esperanza de que vienes
se
vislumbra y ya estás conmigo,
tu
sonrisa,
tu
mirada,
tus
caricias que corren
hambrientas
sobre mi piel dormida.
Me
niego a despertar,
no
quiero ver la soledad
detrás
de tu perfume
que se
negó a partir.