Ilusión de
esperarte, expectante, ansiosa, esperando el momento mágico de estar junto a ti
y sentir tu abrazo rodeándome con toda la dulzura del vivir a pleno.
Voy a
buscarte empujada desde ti, de tus mejillas como islas de madréporas
acariciadas por el viento suave.
Irme lejos a
esperarte, a buscar fuera de ti lo que tienes, lo que quieres darme.
Ilusión de
esperarte, de que me invites a resplandores y destellos y al llegar descubriré
tus sonrisas anchas, tus miradas claras. Eso, era lo que allá, distante, estaba
viendo brillar.
Ilusión de
esperarte, soy tuya, sólo tuya, tengo miedo a una nube que me pueda quitar un
minuto el amor entero y debido a ti.
Ponte de
pie, de puntillas aguardando la luz, así te veré desde la lejanía, buscaré tus
besos los que los traen los hilos invisibles de las luces titilantes, necesito
tus roces con noches densas, los labios del porvenir.
¡Qué hermoso
el mundo que entero vivo todo entre besos, luces y gozos viniendo sólo de ti!
Ilusión de
esperarte, eres un símbolo puro, un regalo, un don, una entrega que me ofreció
la vida.
No quiero
entrar en el sueño ya que es una larga despedida de ti.
¡Qué gran
vida contigo, en pie, alerta en el sueño!
Ilusión de
esperarte, quisiera saber que sendas cruzarán audazmente con tu risa franca, tu
aire pleno de donaire, la luminosidad de tus palabras hasta llegar a mí con tus
pies firmes buscadores de aventuras entre los senderos de las montañas y de las
estrellas.
Ilusión de
esperarte conservando sellada la fuente de mi alma hasta que llegues y entres
en mí, en lo profundo y abras los grifos de risas y llantos.
Me
estremezco de pensar en nuestro encuentro, el esperar puso en mi pecho campos
de alelíes y panales de luces y músicas con sones de laúdes y violines.
Ilusión de
esperarte, me enredo como cinta del eco en la cabellera de los árboles y allí,
desde lo alto, oteo el horizonte por donde tú aparecerás, relucientes tus
sienes blancas y tu mirada parpadeante, buscándome entre el denso follaje de
los ruidos, las sirenas, los trinos, los cantos.
Ilusión de
esperarte, mi cuerpo clama y gime por ti íntegramente desnuda, sin sonrisas
falsas, repitiendo reiteradamente, ¡búscame! ¡Estoy aquí esperándote!
Y el goce perfecto está por llegar, te siento
llegar con tus palabras dulces y tiernas. Dame tus manos, tus lágrimas, tus
tristezas y el lucero nos dará su luz para irnos juntos, muy juntos en la breve
e intensa inmensidad del tiempo, cruzándose nuestros dos destinos al fin.
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