El resurgir de las
cenizas
volver a vivir a pleno
entre llamas nuevas de
amor,
gozoso, placentero, sin
fin.
Noches y días densos,
largos,
escarbando entre las
cenizas,
de mi velada sangre,
como una sanguijuela
removiendo todo mi
cuerpo
para volver a amar
con placer y sensuales
caricias.
Resurjo entre las
cenizas
más pura y virgen,
estallando entre mil
conspiraciones
entre harapos nocturnos.
¿Dónde fue sepultada la
semilla
que se perdió entre las
cenizas?
Y un enorme silencio
me inunda, me estremece,
mira está allí,
escondida,
entre las profundidades
insoldables del amor oculto
y así te veo resurgir
como una isla,
a través de dobles
espesuras y follajes
que abren la salida para
que vuelvas a mí.
El resurgir de las cenizas,
el deseo me abraza,
el sobresalto del amor
me envuelve,
la sirena del volver me
hace revivir
y me llevan al jardín de
las delicias
con sus flores, verdes
pastos, tiernos tallos
que nos enlazan y nos
hace vibrar hasta el infinito
con un torbellino atronador
que se precipita por
todo el universo,
dispersando la sangre de
la creación.
El sexo sí.
Más bien una medida.
La mitad del deseo,
que es apenas la mitad
del amor.
Seguiré escribiendo
para componer mi
escritura
y lograr el tiempo
exacto en que volverás
y trataré de lograr
un tapiz de hojas
errantes
para organizar entre
huecos y relieves
nuestro lecho de amor,
cobijante, cálido,
sensual.
Trato de deshojar
la envoltura de mi sueño
y de mi vigilia
con tus besos apretados,
tus cosquilleos
exhaustos,
tu caricias abrazadoras,
que nos llevan
enamorados de la vida
a estar siempre juntos.
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