Páginas

jueves, 15 de octubre de 2015

Renacer


Renacer

Había perdido para siempre la fragancia del sueño
y me voy al mar a medida que mi cuerpo ágil corta la corriente salada,
las manos de las ondas nos arranca, hábilmente de la piel, del cansancio de los días,
las cruces de la tierra amarga.
Y envuelta en la túnica del agua, doy muerte al hombre que me dejo,
recuperando la azucena jubilosa de este otoño de mi vida que era solo gris.
Tras las calandrias y las rosas de primavera lejanas.
Una dichosa arquitectura de música y de formas consciente mente creo y destruyo,
en cada rítmica brazada y me siento casta,
transparente, luminosa y serena,
como la inmensidad verde y azul que amorosa me abraza.
Ando libre, como Eva en la primera hora del mundo sin que las sombras y las piedras pesen sobre las espaldas.
Siento que ángeles de coral vigilan mi seguro cuerpo convertido en puente,
que al infinito por las olas salta.

“Cae la lluvia
donde tu sombra vive
 de eternidad”

No hay comentarios:

Publicar un comentario