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domingo, 8 de abril de 2012

Fuente melodiosa



Fuente melodiosa, en el concierto de otoño, los violines agitan un mar de hojas que danzan con armonía total.
Se disipan las  tristezas y las neblinas para siempre y ya en la noche las estrellas perfumadas como cien blancos ramilletes de nardos se reflejan en la fuente donde tú un día dejaste tu amor en mi alma, donde la luna no se entristece, se sumerge en la música de lánguidas violas que estremecen a los sentidos que laten al unísono en un son de amor.
 Fuente melodiosa, inspiradora como suave musa, tu melodía es el preludio lento como vuelo de cisnes, anunciando el amor al fin encontrado.
 Bajo oleadas de fulgor, la felicidad brilla estremecida y las notas puras suben alto donde el amor fulgura.
 Fuente melodiosa, donde las ninfas, tras los juncos, en su clamor al cielo hacen volar sus cálidas y acariciantes voces, susurrando, sorprendidas que han visto el amor llegar en un abrazo.
 Fuente melodiosa, a tu alrededor el aire, se detiene y guarda, ocultando apenas el amor que no muere que vibra, que une 
dos almas enamoradas en el silencio del estío, rodeadas de poemas mágicos y voces encantadas.
 ¡Oh, cristalina fuente, en tus plateadas y transparentes aguas el amor se refleja, das luz, aroma y canto con collares de música!

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