Un rincón de mi vida, allí estarás tú, en un
escondite en mi alma, sólo y reprimido. No quiero que golpees con desesperación
la puerta de mi fantasía, sólo dame el silencio que me conlleva a un ritmo
carismático de soledad que ansía algo más.
Un rincón de mi vida lo ocupas tú, el que fue,
el que era, el que nunca será mi amor verdadero.
Tenías para mí gotas de agua amarga
escurriendo por la pendiente del cristal, buscando mi fragilidad de mujer.
Quédate allí, en el rincón más oscuro de mi
vida, así no mojarás mis sueños con cada mirar.
Deja que mis minutos se vayan de tu vida, que
mis horas no te busquen más, que hoy me pueda esconder en la casa de los días y
mañana podré emprender una huída al lugar de los años y no te tendré más en el
rincón de mi vida.
Mi ahora pasa, sin ti vivo el hoy, instantes
de una supuesta vida que se irán a la esencia de un deseo de amor.
Recorro el valle de los recuerdos, de aquellos
remansos de tus dulzuras, el dulzor de tus palabras, aquel acento de tu voz y
me doy cuenta de que te extraño pero es mejor que pase el tiempo eterno en un
mustio alejamiento y no te encuentre más en el rincón de mi vida.
Te quiero en el rincón de mi vida, no como
sombra pareja que me sigue apenas raya el sol.
Quiero olvidarte en un impecable adiós a un
desconocido en una oscura lámina de un rincón de mi vida.
Eres ahora tan sólo un charco mudo a mis pies,
te dejé en una estacada negrura, cruzando concéntricas tinieblas ¡libre al fin
de ti! ¡tu rincón en mi vida ya no existe!, entreluces doy por fin con el
sendero que hollaré con fuerza para encontrar aquel ser que me dará su luz y su
fe para no vivir condenada sin remedio a tus veloces fechorías, pasiones
aparentes, falsos besos.
Vuelco a mi blanca soledad, blanca, inmaculada,
ajena a las falsas maldades, malévolas
traiciones y como leve hilo de vida que renace en la noche vuelvo a ser
yo, conmigo misma inocente y pura ¿hasta cuándo? no lo sé todavía, hacia un hoy
corro, hacia un mañana con toda mi alma entera y casta, sin ti en ningún rincón
de mi vida.
Y de a poco surgirán otra vez los versos, ls
sílabas mudas, se oirán desde la lejanía y los poemas llegarán tejiendo amores,
reflejando edenes, esperas no estrenadas, caminos buscados en una palabra que
en el papel amanece como una virgen radiante.
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